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Un juez estudia una denuncia por malversación en Podemos presentada por un abogado despedido del partido



La vicepresidenta tercera del Congreso, Gloria Elizo, a su llegada a una reunión de la Junta de Portavoces del Congreso, en junio.BALLESTEROS / EFELa abogada Gloria Elizo (Madrid, 1966) es diputada por Unidas Podemos y vicepresidenta tercera del Congreso de los Diputados. Ha sido la responsable del equipo legal en los casos de corrupción en los que está personado el partido. En junio de 2020 abandonó la dirección de Podemos. “Los fiscales nos denegaron todas las diligencias que proponíamos en los casos Dina y Tándem-Villarejo”, asegura al hilo del último giro judicial en torno a la causa abierta por el robo del teléfono móvil de Dina Bousselham, exasistente de Pablo Iglesias.Pregunta. Usted conoce bien el caso Dina. ¿Cree acertado que Iglesias retuviera durante meses la tarjeta del móvil de Bousselham antes de devolvérsela?Respuesta. Fue una decisión personal. No supimos de la existencia de la tarjeta hasta tiempo después. Cuando en julio de 2016 ampliamos la primera denuncia por el robo del móvil, hecha en diciembre de 2015 en Alcorcón, lo hacemos sin saber de la existencia de esa tarjeta. Desde el principio sospechamos que no se trataba de un delito común y que la mafia estaba detrás del robo del móvil. Por eso hubiera sido muy importante el conocimiento de que esa tarjeta estaba siendo objeto de una transacción periodística.P. Cuando Bousselham declara por primera vez en marzo de 2019 en la Audiencia Nacional, ¿aporta por iniciativa de Iglesias la tarjeta?R. Iglesias le dice a Dina que lleve la tarjeta al juzgado en su declaración, por si puede tener relevancia. Ella entrega la tarjeta robada que le había devuelto Pablo al juzgado, pero es el robo y la publicación del contenido lo que lógicamente se está investigando. No la tarjeta.P. ¿Por qué Podemos no denunció en julio de 2016, cuando OK Diario publicó los pantallazos del chat, que esa información procedía de un móvil robado?R. No teníamos ninguna prueba más allá de lo que sabíamos por otras causas sobre cómo funciona esta mafia. Pedimos en 2016 el posicionamiento del móvil en los primeros momentos de la sustracción, pero la juez de Alcorcón denegó la solicitud. Posiblemente porque en ese momento la lucha contra las cloacas era algo muy minoritario.P. ¿Cómo fue la relación con los fiscales?R. Yo asistí a una reunión con ellos, un encuentro cordial y profesional sobre estrategias procesales en el caso Tándem-Villarejo entre la acusación de la Fiscalía y una acusación popular. Existían aún muy pocas piezas, curiosamente las menos interesantes. Aparte de mostrar mi preocupación, intenté transmitir a la Fiscalía Anticorrupción cómo veíamos lo que debía ser una ruta de trabajo compartida como acusación que incluyera a todos los actores de las cloacas. No son casos concretos, no es el PP, no es el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, no es la policía política… Eso solo son clientes de las cloacas. Las cloacas son un nicho de negocio que se alimenta de su capacidad para delinquir a la hora de tapar los delitos de otros. Lo que hemos visto en Tándem-Villarejo es que la política es lo que menos les interesa. Las grandes empresas pagan mejor y dan menos problemas.P. La entonces letrada de Bousselham e Iglesias, Marta Flor, comentó en un chat privado supuestas ayudas del fiscal.R. En cualquier equipo legal una de las primeras cosas que se comenta es la actitud de la Fiscalía, si la vas a tener en contra o a favor, porque obviamente es relevante para la estrategia procesal. Lo que esos comentarios muestran en su contexto completo es la sorpresa y la alegría cada vez que la posición de Fiscalía coincidía con la nuestra. En general ha sido más bien al revés y se han opuesto a nuestras diligencias. En nuestra opinión, en la investigación de Villarejo, la Fiscalía Anticorrupción ha estado más bien remisa y lenta en términos acusatorios. Tras la apertura de la pieza Dina, insistimos en la importancia de llevar a cabo diferentes diligencias, incluida la entrada y registro en OK Diario. Los fiscales nos adelantaron que informarían en contra. Es obvio que no se puede hablar de connivencia.P. Usted decidió apartar a Marta Flor de la pieza Dina y del caso Tándem-Villarejo. ¿Por qué?R. La dirección letrada del caso Tándem-Villarejo la ha llevado siempre Alejandro Gámez. La presencia de Marta era una auxiliar. Cuando empezó a decir que el fiscal la perseguía me pareció que lo más conveniente era acabar con ese tema de raíz. Marta Flor contaba mil historias de mil relaciones. Eran chascarrillos a los que nadie hizo nunca mucho caso. Yo estoy segura de que no hubo nunca nada. Pero decidimos apartarla por prudencia. Más que por proteger la causa, por protegerla a ella.P. El letrado despedido de Podemos, José Manuel Calvente, sostenía en 2018 que no había “caso” contra las cloacas.R. Calvente es un abogado extraordinario y una persona de la máxima honestidad que se ha llevado la peor parte en una lucha interna que no iba con él. Hasta donde yo sé, todo el mundo dice que Calvente dice, y en realidad yo no veo que diga nada.P. Ha aportado en el caso de la demanda por acoso sexual contra él de la letrada Marta Flor, el chat privado de 2018 del equipo legal.R. La filtración de trozos seleccionados de conversaciones privadas se está utilizando por las cloacas para tratar de desactivar el caso Villarejo. Son solo ruido y confusión en la que es probablemente la causa contra la corrupción más importante de España.


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