La mente vuela irremisiblemente hacia Anduva y La
Cartuja, el sueño es tocar el frío hierro en la cálida Sevilla, pero LaLiga está repleta de alicientes y recompensas a los que la Real no se puede permitir renunciar. Si la escuadra txuri urdin enlaza esta noche (Anoeta, 21 horas) su tercera victoria en Liga presentará formalmente su candidatura a la Champions
League y dormirá en la tercera plaza, con los mismos partidos jugados que sus rivales directos por el aplazamiento del duelo en Ipurua. La Real busca su sitio entre los grandes y está a una victoria en la noche del viernes en su templo de Amara de conseguirlo. Sí, la posibilidad cercana de un título lo ofrece la Copa, pero LaLiga también mola. Y gratifica.
El partido de hoy está lejos de ser una molestia de cara al más importante de la semana, que es el del miércoles, de semifinales de Copa contra el Mirandés, donde la Real defenderá el 2-1 conseguido en Anoeta. Debe ser un acicate más, otro motivo para creer en llegar a una final 32 años después. La racha de resultados de la Real sólo puede impulsar hacia el positivismo.
Los donostiarras pueden lograr su tercera victoria consecutiva en Liga, tras las obtenidas ante el Athletic (2-1) y el Valencia (3-0) en su tercer duelo consecutivo en el ahora llamado Reale
Arena, hecho atípico motivado por la suspensión del encuentro en Eibar justo en el momento en el que tocaba doblete de encuentros en Donostia. La Real ha derrotado a sus rivales en ocho de los últimos 10 partidos, suma seis victorias seguidas en casa, ha marcado por lo menos un gol en todos sus envites en Anoeta, tiene a sus mejores elementos disponibles y hambrientos y de nuevo contará con el incondicional apoyo de una afición que levita de pura ilusión, ansiosa de tocar la gloria más de tres décadas después.
Muchos factores a favor
Todos los pronunciamientos parecen a favor para que los de Imanol se vean mañana en los periódicos justo detrás del Barcelona y el Real Madrid. Pero el Valladolid, a pesar de su apariencia de rival asequible, venderá muy cara su piel. Ya ganó 1-2 en Anoeta el pasado curso, el duelo del presente en Pucela se saldó con empate y no anduvo lejos de ganarlo el cuadro de Sergio González, que además es el noveno equipo que más puntuación ha sacado fuera de casa, 13 puntos de 39, y pierde poco. Sólo ha sido derrotados en ocho partidos de los 25 que ha disputado esta temporada, menos de un tercio. Claro que la ‘cara B’ de esa realidad es que gana todavía menos: seis encuentros en lo que va de Liga. Es el rey del empate con 11 igualadas.
Imanol no quiere sorpresas esta noche y ayer manifestó, como declaración de intenciones, que éste ante el Valladolid es el partido más importante de la temporada. No oculta que sus neuronas se trasladan en ocasiones 134 kilómetros al suroeste, más en concreto a Miranda, donde la Real se juega el miércoles su pase a la final de la Copa del Rey, pero está centrado en colocarse hoy en la tercera plaza. La clara muestra de que sólo existe el partido de hoy para el oriotarra es que ayer no reservó a nadie en la convocatoria, convocó a todos sus cracks. Y lo normal es que hoy los ponga a jugar. No se puede descartar que realice algún cambio puntual, pero la alineación será totalmente reconocible y, salvo sorpresa, estarán todos los jugadores diferenciales, que luego tendrán cuatro días enteros para descansar, más el miércoles, ya que el partido es a las 21 horas.
Vuelven a la lista Portu y Barrenetxea y sustituyen a Gorosabel y Näis
Djouahra con respecto al último partido, porque lo que Imanol dispone de toda su artillería. El lateral de Arrasate y Zurutuza son las únicas ausencias por decisión técnica, y Llorente e Illarra, los descartados por lesión.
En el Valladolid, la única baja es la de Antoñito. Vienen con los ex Sandro y Hervías y muchos temen que marque el grancanario, que dejó su contador a cero en la Real. No es una noche para supersticiones, es para gozar y volar.
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