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un peligro oculto en nuestro cuerpo

Todos los procesos que suceden en nuestro organismo son determinantes para nuestro bienestar, el envejecimiento y, en definitiva, para nuestro estado de salud a lo largo de toda la vida. Algunos darán lugar a elementos beneficiosos, pero otros serán lo contrario si se producen en exceso, como, por ejemplo, los radicales libres, que pueden llegar a ser un riesgo oculto para nuestro cuerpo.

El entorno en el que vivimos, el tipo de alimentación que llevamos, los pensamientos, las emociones, todos son factores imprescindibles para mantener o no el necesario equilibrio de nuestro organismo, lo que resulta determinante para un estado saludable, y ahí es donde participan los radicales libres y sus consecuencias.

¿Son los radicales libres un riesgo oculto para el cuerpo humano?

Conozcamos en primer lugar estos elementos. El cuerpo humano está compuesto por células. Miles de millones de estas lo integran, y estas a su vez están compuestas por moléculas que son grupos de uno o varios átomos cuyo núcleo está rodeado de electrones, que se unen para componer los enlaces químicos necesarios para la composición de las moléculas.

Cuando alguno o varios de estos electrones no tienen pareja y no pueden enlazar, se forman moléculas inestables con electrones muy reactivos. El problema es que estos buscan una pareja para tener estabilidad, y para ello atacan a las demás moléculas robándoles electrones. Las moléculas atacadas se convierten en radicales libres en una reacción en cadena que ataca a una gran cantidad de células provocándoles daños, mutaciones y muerte.

Hay procesos normales en el organismo que producen radicales libres, como la respiración y el metabolismo de los alimentos. Es más, incluso son necesarios para defender nuestro cuerpo frente a organismos invasores, puesto que nuestro sistema inmunológico los usa para acabar con ellos. Pero ahí es cuando hay una sobreexposición que los convierte en peligrosos.

El exterior también genera los radicales libres. La contaminación, los pesticidas, el tabaco, la radiación solar, los aditivos químicos que se incorporan a los alimentos, las emociones negativas, el estrés, etc. hacen que se produzca ese exceso y que provoque en nuestro cuerpo el desequilibrio de estos elementos generando estrés oxidativo, puesto que el organismo no puede neutralizar sus efectos negativos.

Y entonces es cuando se producen enfermedades relacionadas con el envejecimiento celular, como problemas en el sistema nervioso, pérdida de memoria, de reflejos, de capacidad de aprendizaje e incluso Parkinson o Alzheimer. También pueden provocar artereoesclerosis y cáncer, sobre todo de piel.

Para evitar que los radicales libres se conviertan en un peligro oculto para nuestro cuerpo, hay que  usar protección solar y llevar un estilo de vida saludable.


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