Como un transitar por el desierto en el que ves un oasis al fondo, pero resulta ser un espejismo. Siempre se encuentra a unos cientos de metros de distancia, un anhelo que no termina de llegar. Algo así está siendo la temporada para el RETAbet. La cantimplora bilbaína continúa con agua y existe la mejor de las predisposiciones para afrontar los retos, sin embargo no se lo están poniendo fácil.
A los hombres de negro se les acumulan los problemas. El último ha sido la lesión de Balvin que le impidió saltar a la cancha para enfrentarse al MoraBanc Andorra y que le tiene en duda para el duelo de mañana contra el Movistar Estudiantes. “No es excusa” es una de las afirmaciones más repetidas que han salido desde el vestuario del Bilbao Basket. Aunque no quieran utilizar de parapeto todas las situaciones peculiares que han atravesado, lo cierto es que son necesarias para explicar el transcurso de la campaña.
Hay problemas comunes a todos los equipos de la ACB debido a la pandemia como son la falta de público y el perjuicio económico que de ello se deriva, sin embargo en la entidad de Miribilla se han ido añadiendo diversos factores que no han permitido trabajar a Mumbrú con normalidad desde que arrancó la pretemporada en agosto. De hecho pueden contarse con los dedos las sesiones en las que ha tenido al pleno de efectivos a su disposición. La Ley de Murphy. El año pasado salió todo rodado, ahora los baches se suceden uno detrás de otro.
Y en el último mes han llegado de golpe, empezando por lo vivido en la semana previa al choque con el Betis: confinados y sin poder entrenar por precaución debido al Covid. El RETAbet finalmente viajó, jugó y ganó… aunque con la ausencia de Hakanson, el único miembro de la plantilla que dio positivo. Después llegó la ventana FIBA, unos días en los que Mumbrú perdió a un tercio de su bloque: Balvin, Zyskowski y Kljajic, citados con sus selecciones; y al base sueco.
El peaje de estos compromisos internacionales ha sido severo, puesto que Balvin regresó lesionado. Se torció el tobillo en el primero de los dos encuentros que debía disputar con su país. El colmo de la mala suerte, ya que la República Checa participa en la fase de clasificación para el Eurobasket 2022… estando ya clasificada al ser uno de los anfitriones del torneo. Así que lo único que había en liza para sus intereses eran unos simples amistosos que han resultado caros para el de Ustí nad Labem.
Tanto el pívot como Hakanson son duda para mañana en Miribilla. “No sé si podrán estar” reconoció Mumbrú tras caer con Andorra. Balvin seguía con molestias: “No sabemos el alcance exacto de la lesión”. Y el virus le ha dejado huella al base. “Hay gente que pasa el Covid mejor, hay gente que lo pasa peor. Ludde está mal pulmonarmente y le ha costado bastante integrarse al grupo. El otro día intentó entrenar y únicamente estuvo dos minutos porque tuvo que parar”, explicó el técnico.
El cúmulo de adversidades generó una descompensación evidente el jueves en la dirección del RETAbet. Rousselle aglutinó muchos minutos, Brown tuvo que echar una mano, pero se cargó de faltas. También condujo algún ataque Serron, al que se le vio tocado en algunos momentos. La Ley de Murphy incluso afectó al joven Betolaza. Se hizo daño en los escasos 47 segundos que permaneció en el parqué.
Todo ello al margen de que ha costado encajar las piezas en el Bilbao Basket y que en estos momentos hay tres caras nuevas con respecto al plantel que se puso manos a la obra en agosto: Kljajic, Huskic y Miniotas. El primero llegó tras la grave lesión de rodilla de Rigo. Los otros, para corregir el juego interior y sustituir a Jones y a Moses. El americano ya está en Francia y el nigeriano, que no participó frente al MoraBanc, podría hacer las maletas en breve rumbo al AEK Atenas.
Source link