La ausencia de Mikel
Merino en la lista de convocados que ofreció Luis Enrique para afrontar los próximos compromisos de la selección española fue aplaudida por todo el entorno de la Real, y en especial por Imanol
Alguacil, su entrenador. Si bien todo técnico profesional procura la felicidad de sus futbolistas para que puedan rendir al máximo en su equipo y, en este caso, Merino acumulará cierta frustración por no haber sido citado para la penúltima lista previa a la Eurocopa, el contexto en el que llega este parón de selecciones, como antesala de la final de Copa del 3 de abril en La Cartuja, provoca que la noticia tenga un marcado sesgo positivo en clave Real Sociedad.
Merino no ha ocultado la ilusión que tenía por acompañar a Mikel
Oyarzabal a la selección pero, una vez conocida la convocatoria de Luis Enrique, extrajo la conclusión inmediata de que podrá preparar mejor la final de Copa. “Voy a tener más tiempo para poder recuperar, coger aire y dejar que las piernas cojan energía para la final de Copa, que es importantísima. Llegaré en unas condiciones mucho mejores a la final”, fue la reflexión del futbolista que, hablando de Mikel Merino, no es una cuestión secundaria.
Y es que hablar del centrocampista navarro es hablar del pulmón con mayúsculas de la escuadra txuri urdin, de su corazón. Por motivos obvios, en diferentes pasajes de la campaña han sido Oyarzabal, Isak, Portu o Silva los que han acumulado más elogios, pero ningún futbolista de la plantilla puede compararse al mediocampista de Iruñea en términos de fiabilidad y regularidad, a los que además aporta toda su clase.
No es dudoso Imanol de presumir de la categoría de Merino. Con palabras, porque lo ha elogiado en público cuantas veces ha hecho falta, y con hechos. El ‘8’ de la Real es, sin duda, el jugador franquicia del técnico de Orio. De los 106 partidos que se han disputado desde que Alguacil se hizo cargo de la Real en su segunda etapa, a partir del Día de Reyes de 2019, el navarro ha jugado la friolera de 98 (el 92,5%), 94 de ellos como titular. Es decir, Imanol apenas ha prescindido en estos últimos 26 meses que lleva en el cargo, salvo por sanción o alguna leve lesión, de un futbolista que es su extensión sobre el terreno de juego. 75 de esos 98 partidos, además, los jugó completos.
6.600 minutos en 77 partidos
Camino de los 25 años que cumplirá en junio, Merino atraviesa el esplendor futbolístico que le ha proporcionado la continuidad incondicional que le han proporcionado la Real y su actual entrenador, lo cual no significa que su motor no acuse el tremendo desgaste al que le somete su constante presencia sobre el terreno de juego. En Granada, el domingo pasado, volvió a completar los 90 minutos de juego, convirtiéndose en el primer jugador de la Real que supera los 3.000 minutos de juego por segunda temporada consecutiva. La pasada campaña fue el futbolista más utilizado con 3.609 minutos en 42 partidos oficiales y en la actual va camino ya que ha participado en 35 de los 38 encuentros que suma la Real, acumulando 3.002 minutos sobre el césped. De momento sólo le supera Remiro .
El rendimiento global de Merino casi siempre es de notable pero hace diez días ante el Levante, sin ir más lejos, cuajó una actuación sobresaliente, en gran medida porque estaba más fresco después de haber descansado el lunes anterior en Valdebebas al estar sancionado. Poder disfrutar a partir del próximo lunes de 12 días sin partido para preparar la final de Copa permitirá a la Real aspirar a disponer de un Merino en su mejor versión ante el Athletic.
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