No es oro todo lo que reluce en la vida del famoso. El reconocimiento tiene sus ventajas, y también sus consecuencias negativas e irremediables. El fanatismo extremo es una de ellas. Taylor Swift, que saltó a la fama en 2008 gracias a su éxito Love Story, se convirtió en un ídolo adolescente que mueve masas desde entonces, por lo que ha atravesado numerosas experiencias con aficionados que han cruzado los límites. Esta vez, ha sido un hombre de edad por ahora desconocida el que ha sobrepasado esta línea. El fanático de Swift ha sido detenido este jueves 27 de enero después de que estrellara su coche contra el edificio que contiene el apartamento en el que reside la cantante, en Nueva York (EE UU), según ha informado TMZ.
Tras el choque, durante el cual el vehículo colisionó contra una boca de incendios, los viandantes que presenciaron lo ocurrido informaron de que el hombre salió del coche y se acercó al telefonillo de la vivienda, para posteriormente proceder a arrancarlo de la pared. La policía de Nueva York acudió al lugar para detener al hombre, que podría enfrentarse a cargos por conducir en estado de ebriedad y conducta delictiva, tal y como ha asegurado al medio anteriormente citado. Además de pasar bajo custodia policial, ha sido enviado a un hospital para someterse a una evaluación psiquiátrica.
No es la primera vez que alguno de los seguidores de la intérprete de All too well ha experimentado una admiración tan tóxica que ha derivado en acoso. En 2018, la policía detuvo a un hombre armado que intentaba entrar en la casa de Los Ángeles (California) de la joven de 32 años y llevaba encima una serie de objetos muy sospechosos: munición, guantes de goma, mascarillas similares a las de los pintores, un pasamontañas, cuerda negra y diversos medicamentos. Solo unos días después, un individuo logró no solo colarse en su vivienda, sino que hasta tuvo tiempo de darse una ducha y dormir en su cama.
Ese mismo año, según apuntó también TMZ, la policía detuvo a un hombre de 26 años por robar un banco, para después conducir hasta la casa de Swift en Rhode Island y tirar el botín por la verja con el fin de, según confesó más tarde, “impresionar” a la cantante. En el informe policial se incluye que este fan ladrón declaró varias veces que estaba “enamorado de Taylor”.
Tras varios parones en la música, la cantante se ha embarcado recientemente en el ambicioso proyecto de regrabar varios de sus álbumes tras perder los derechos sobre sus propias canciones, recuperando así el control sobre su obra y restando valor a las grabaciones originales que había comprado Scooter Brown, el director del sello Big Machine Records, que hizo posible la publicación de sus seis primeros álbumes: Taylor Swift, Fearless, Speak Now, Red, 1989 y Reputation.
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