Hace tiempo que Jayson Tatum anda desbocado, incontrolable, inmisericorde tirador compulsivo cualquiera que sea la posición y la distancia, penetrador supersónico, poseedor de recursos infinitos. Vistiéndose de MVP para la ocasión, el 0 subió el volumen de otro festival ofensivo de los Boston Celtics contra Miami Heat, sometidos a la voluntad del mejor Tatum de la temporada (134-121), 49 puntos, 11 rebotes, 3 asistencias y 2 robos. Para decirlo, simple y llanamente, es ‘muy bueno’. Pero, por impactante que suene, será todavía mejor. Ya lo decía el príncipe de Gales, Guillermo, en primera fila junto a la princesa, Kate Middleton. “He’s very good” (“Él es muy bueno”) se le podía leer en los labios.
Pretendió Miami atarle en corto con su ordenada y flexible zona pero ocurre que por, naturaleza, Tatum también está concebido para derruir este tipo de defensas, entre otros atributos, porque, con su 2,03, mira por encima a muchos defensores perimetrales, y por eso se pudo permitir un estratosférico 8/12 en triples, de todos los tipos posibles, sobre bote, en transición y como ‘catch and shooter’ en el 5 vs 5. Un 4/4 desde más allá del arco para empezar y acelerar a unos Celtics que empezaron 20-6 arriba. Pim, pam y toc, toc a la historia: primer jugador de la NBA en registrar múltiples partidos con más de 45 tantos, 10 rebotes y 8 triples y el más joven (24 años) en alcanzar los 900 triples.
Pero, si quieres contenerle, no le pongas un grande delante en el perímetro porque entonces le romperá la cintura, y no le dejes un palmo de terreno porque sólo le podrás que ver pasar en transición -7 de 13 en tiros de dos, como tampoco experimentes con el ‘Hack a Jayson’ porque también se saldrá con la suya (11/12 en tiros libres). Total, que el tipo de defensa que más conviene para ‘amordazar’ a Tatum está fuera de catálogo. No existe.
Aterrador Tatum y muy impetuosos Celtics, acumulando el casi inmaculado líder del Este números de espanto (14-4). Se debieron preguntar con la más frustrante de las impotencias al final los Heat qué más se puede hacer para derrocar a Boston, sólo dos equipos capaces de vencerle esta temporada -Cavaliers y Bulls-, cuando se van del TD Garden con 121 puntos y una estudiada defensa en zona bien aplicada. Cuando se marcha de Massachusetts con un 45% en triples y 7 de sus 9 jugadores en dobles dígitos, entre ellos Bam Adebayo (23 y un 10/19 en TC), Tyler Herro (9/17) y Max Strus (23 y 7/12).
La explicación, la lógica, la naturaleza que contempla a estos Celtics, que sin necesidad de grandes inventos en la pizarra, hacen lo que quieren cerca del aro rival, tirando simplemente de sus virtudes intrínsecas, de su físico, de su instinto y precisión clínica para abusar al rival al contragolpe de su extrema puntería desde donde sea, 55% en tiros de dos y 48% en tiros de tres anoche. Vamos, lo que es Tatum pero generalizado y con unos mejores que otros. Ahí está Jaylen Brown (26 puntos con un 10/18 en lanzamientos), mal llamados secundarios como Malcolm Brogdon, porque ya les gustaría a muchos titulares llegar a los 21 puntos que aportó desde el banquillo como anoche.
La consecuencia, una consecuencia única por ahora, es que el equipo de Joe Mazulla es el que mejor porcentaje de tiro de la historia ostenta -59%-, y sobre todo, presume de la mejor ofensiva de siempre con un brutal rating ofensivo de casi 121. Los famosos se aseguran que los partidos a los que vayan garanticen espectáculo y por eso en primera fila estaban los príncipes de Gales para disfrutar de la orgía defensiva verde. Ningún ataque tan majestuoso como el de los Celtics.
Miami, salvo en el último cuarto, siempre se recuperó de rentas que llegaron a ser de 10 puntos durante el encuentro, haciendo los de Erick Spoelstra la goma para seguir la rueda de su rival, con un fondo inagotable para meter más y más puntos. Encontraron en Al Horford un ‘fallo’ en el perfecto sistema de Boston para producir puntos y eso les permitió, en parte, seguir el ritmo de los Celtics. los Heat trataban de explotar la defensa conservadora del interior dominicano en los mano a mano y el bloqueo directo y le dejaban a Bam Adebayo el ‘terreno preparado’ para que se las viera a solas con él, haciendo daño al interior entre otras armas con el tiro de media distancia. Era un día especial para el pívot que anotaba un triple… ¡más de dos años después!
Aunque Miami encontró otras maneras de anotar, con Marcus Smart pudieron atajar los de Mazzulla parte del problema, habilísimo el base para deslizarse como una serpiente por las pantallas para llegar al manejador y ayudar a Al Horford, que puso también de su parte para derribar la insistente zona de los Heat con dos triples. Lo cierto es que los Celtics se las vieron tiesas para llegar al aro de de otra manera que no fuera desde el perímetro, colapsando bien la pintura Miami, aguantando en los unos contra uno –Gabe Vincent fue el único que hizo sufrir un poco a Tatum-, y adivinando los cortes por línea de fondo de Boston.
Pero quién puede decirle nada a los de Mazzulla, que como mejor ataque de la NBA que son, exprimieron al máximo la larga distancia (54 puntos), ganándose buenas posiciones de tiro con una buena circulación y con eficaces bloqueos al defensor del tirador, y corrieron como posesos cada vez que tuvieron oportunidad, tras recuperación y tras lanzamiento errado por Miami. No necesitaron romperse la cabeza en demasía para llegar a los 134 puntos. Y todavía, aunque ya está al caer, no ha vuelto Robert Williams III. Estos Celtics dan demasiado respeto.