Un hombre ha abierto fuego este miércoles contra un empresario en el zócalo de Cuernavaca, en el Estado de Morelos (centro de México). Dos personas han muerto y al menos dos personas más han resultado heridas, según las autoridades locales. El principal sospechoso fue interceptado por agentes de la Policía estatal y detenido minutos después del tiroteo tras intentar darse a la fuga. “Estoy furioso de lo que pasó (…) he pedido al fiscal llegar a las últimas consecuencias, no podemos permitir que pase algo como esto, no lo podemos permitir más”, ha declarado en rueda de prensa el gobernador, Cuauhtémoc Blanco.
Los hechos se produjeron alrededor de las 10.15 en la plaza de Armas de la capital morelense, mientras un grupo de reporteros entrevistaba a Gilberto Alcalá, secretario estatal de Desarrollo Social. Tras escuchar los disparos, varias personas corrieron para buscar refugio, como ha quedado registrado en distintos vídeos difundidos en redes sociales tras el ataque. Entre los lesionados ha habido un reportero gráfico y un comerciante que había salido a manifestarse en el primer cuadrante de la ciudad.
La Fiscalía local ha confirmado el deceso de Jesús García, un empresario local cuyo hijo fue asesinado en 2017. La Fiscalía estudia si ambos homicidios están relacionados, pero aún lo manejan como hechos aislados. Horas más tarde ha muerto Roberto Castrejón, líder de comerciantes locales y miembro de la Confederación de Trabajadores de México, el brazo obrero del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Castrejón tenía lesiones de gravedad en el cuello y en la parte superior del torso.
El PRI de Morelos ha condenado los hechos y ha dado el pésame a las familias de los fallecidos. “Mi condena enérgica ante estos hechos que como sociedad llenan de dolor y luto a las familias morelenses”, ha escrito Jorge Meade, candidato priista en las elecciones al Gobierno del Estado de julio pasado, en su cuenta de Twitter.
Dos de los lesionados —un hombre con una herida en la zona lumbar y otro, en los testículos— están estables y han sido trasladados a hospitales privados, han dicho las autoridades en conferencia de prensa. Las autoridades han encontrado siete cartuchos percutidos calibre nueve milímetros y analizan los vídeos del suceso para acotar las líneas de investigación del ataque. La Fiscalía estatal se ha puesto un plazo de 48 horas para tener una hipótesis más clara para las pesquisas. El supuesto responsable tenía antecedentes de robo y de posesión de drogas, y ha sido puesto a disposición de la Fiscalía para esclarecer los hechos.
El Gabinete estatal de Seguridad no ha detallado la identidad del atacante ni el móvil de la agresión, pero han descartado que se haya tratado de una agresión contra los periodistas ni contra los manifestantes en la zona centro. “Lamentablemente estos hechos suceden a cualquier hora del día (…) poner a un policía detrás de cada ciudadano es imposible”, ha dicho el comisionado estatal de seguridad, José Antonio Ortiz.
El Gobierno de Blanco ha rechazado las críticas contra las gestiones de su administración y ha lamentado que “la clase política intente sacar provecho” de la situación. “La delincuencia organizada es un cáncer en Morelos y en todo el país”, ha agregado el gobernador. “No podemos acabar con la violencia en cinco meses, tenemos que trabajar en el Gobierno estatal y federal (…) Necesitamos la Guardia Nacional, no podemos acabar con la delincuencia sin el apoyo del Gobierno federal”, ha insistido Blanco, visiblemente frustrado, sobre el cuerpo de seguridad recién creado por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, al que ha calificado como “absolutamente necesario”.
Morelos, uno de los Estados mexicanos con los índices más altos de violencia letal en los últimos años, suma hasta marzo de este año 236 homicidios dolosos, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Tres de cada cuatro asesinatos se han cometido con armas de fuego.
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