Lo que un pasillo de Telecinco ha unido que no lo separe nadie. Bien podría ser una declaración de juramento eterno entre Sara Carbonero e Isabel Jiménez. Era el año 2011 cuando comenzó a forjarse un vínculo que ha ido haciéndose más fuerte con el transcurso de los años. La de Corral de Almaguer era el rostro estrella de los deportes de la cadena y la almeriense se ocupaba del informativo. Los obstáculos -que no han sido pocos- no les han separado ni un ápice. Son amigas, también socias, pero se quieren como si fuesen hermanas.
Es tanta su amistad que Sara es la madrina del primer y único hijo hasta el momento de Isabel. Precisamente, estos días se ha cumplido un año del bautizo del pequeño, celebrado en Madrid en mayo del 2019. Una cita que fue muy especial ya que la mujer de Iker Casillas había sido operada de un tumor de ovario unas semanas antes. Una enfermedad dura pero que reforzó más su unión. Aunque, volvamos al principio.
Telecinco unió los caminos de estos dos talentos periodísticos pero el futuro profesional de Casillas los separó, nunca del todo. El mítico exportero del Real Madrid dejó el club de su vida para poner rumbo a Oporto en el verano de 2015. A Sara Carbonero se le planteaba un cambio de aires drástico, pero animada por su ‘comadre’ Isabel, pidió la excedencia al canal de Mediaset y estableció su nueva vida en la ciudad portuguesa. Quien crea que la distancia las separó está muy equivocado. Desde hace cinco años, las visitas de Isabel Jiménez y su marido a casa de Iker y Sara son frecuentes, así como las reuniones entre parejas en los pueblos cada verano.
Otro nexo entre estas grandes amigas se llama ‘Slow Love’. Se trata de la boutique online de ropa que ambas crearon junto a Mayra, estilista de Telecinco. Ahí volcaron su pasión y conocimiento en moda, creando diseños ecológicos y ganándose a un público muy fiel. Su proyecto sigue viento en popa y a toda vela, pese al abandono de Mayra hace tiempo por un desencuentro con Isabel que generó una importante crisis.
El palo más duro que han sufrido durante estos casi 10 años de amistad es la enfermedad de Sara. Es ahí donde su vínculo se ha elevado a la máxima potencia porque la andaluza se volcó con su amiga. Fue su fiel compañera de hospital, la cuidó, mimó y arropó de manera encomiable. Es más, se convirtió en una especie de portavoz de Carbonero para informar a la prensa de su estado de salud tras su operación.