EL PAÍS

Una encuesta refleja la elevada desaprobación de Dina Boluarte: el 71% de los peruanos rechaza su gestión


La presidenta de Perú, Dina Boluarte, el martes durante una comparecencia.Paolo Aguilar (EFE)

La presidenta de Perú, Dina Boluarte, lleva un mes y medio en el cargo y ya roza los datos de desaprobación de su antecesor, Pedro Castillo. Así lo refleja una encuesta realizada por la firma CID-Gallup entre el 3 y el 19 de enero, en plena crisis política y en medio del estallido social que se inició el pasado 7 de diciembre tras el intento fallido de autogolpe del exmandatario, hoy en prisión preventiva. El sondeo, difundido la tarde de este miércoles, indica que el 71% de los encuestados rechaza la gestión de Boluarte, que no ha logrado sumar apoyos entre los peruanos. Un 83% no se siente representado por ella, siendo los jóvenes entre 18 y 24 los que menos se identifican con la dirigente.

El estudio revela, además, que “un 67% considera que Boluarte casi nunca o nunca hace lo que es mejor para el pueblo” y solo un 9% aprueba su desempeño en materia de seguridad. Desde el comienzo de las protestas, sobre todo en las provincias del sur, han fallecido más de 50 personas como consecuencia de los enfrentamientos con policías y militares. La presidenta asumió el cargo arrastrando la alta impopularidad de Castillo, que alcanzó un 76% en septiembre del año pasado, pero el saldo negativo, explica CID-Gallup, “se explica en parte porque un 76% considera que es poco o nada probable que Boluarte resuelva sus preocupaciones familiares”.

A eso se añaden dos datos significativos, que coinciden con la desconexión entre las áreas urbanas, especialmente Lima, y el resto del país, empezando por los departamentos del sur. “Los grupos que mayormente desaprueban a Boluarte son los que viven al interior del país (78%), las personas menores de 40 años (74-77%), y quienes reportaron una situación económica peor el año pasado (76%)”, recoge la encuesta, que se realizó como parte del programa de estudios de opinión periódicos que Gallup empezó en Centroamérica en 1979.

El gran pulso político que está en el origen de las protestas tiene que ver con las elecciones. Tras la destitución y detención de Pedro Castillo por rebelión, los manifestantes se movilizaron para reclamar la renuncia de la actual presidenta y la disolución del Congreso. El debate gira en torno a un adelanto de los comicios, que estaban inicialmente previstos para 2026 y finalmente quedaron fijados por el legislativo para abril de 2024. Según la encuesta, el 63% está de acuerdo o muy de acuerdo con celebrarlas antes de esa fecha y el 34% rechaza esa opción.

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