Llama la atención que políticos e instituciones públicas que apoyaron e incluso impulsaron la celebración de la Eurocopa de selecciones en la localidad vizcaína brillaran por su ausencia en el acto protocolario llevado a cabo el pasado miércoles en la sala de prensa Jose Iragorri. Nadie dio explicaciones al respecto, aunque tampoco nadie las pidió. El balón ya ha empezado a rodar y ahora a quien más le interesa que lo siga haciendo en las debidas condiciones es a los organizadores del mismo. De partida apertura del plazo para sacar entradas y del programa del voluntariado. Dinero y mano de obra desinteresada.
El hecho de que Bilbao sea la ciudad elegida como única sede de España en esta Euro2020 provoca, guste o no, un debate que trasciende más allá del ámbito meramente deportivo. No todo el mundo está conforme con tal designación. Unos no quieren ver a la Roja en San Mamés, otros todo lo contrario. Unos defienden que ya va siendo hora de que Euskadi pueda competir como selección en este tipo de torneos. Otros, ley incluida, todo lo contrario.
Esperemos que acabe imponiéndose el sentido meramente futbolístico y que en Bilbao se pueda disfrutar de cuatro partidos de la Eurocopa en paz y concordia. Ya habrá gente que por uno y otro lado trate de poner chinitas en el camino. El negocio es el negocio, pero nadie dijo que no estuviese exento de riesgos.
Y en lo que a la selección vasca hace referencia tampoco estaría de más profundizar con lo sucedido hace días con el partido en Panamá. La lista de
Clemente
estaba formada por tan solo 17 jugadores y cinco de ellos eran del Bilbao Athletic. Parece evidente que la implicación del colectivo de jugadores vascos con la causa no es tan mayoritaria como se cree. El encuentro, por cierto, ni se televisó en Euskadi. Llamativo.
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