El fichaje de Joao Félix por el Atlético de Madrid sigue levantando polvareda en Portugal. No es sólo que el cuadro colchonero haya logrado arrancar a la joya incipiente lusa, sino todo lo que rodea la operación, que será la más cara del fútbol del país y la quinta más alta de la historia.
De ahí, que algunos políticos como la eurodiputada Ana Gomes, del Partido Socialista de Portugal, hayan dejado caer sus sospechas de que la operación pueda dejar dinero lavado. La secuencia fue la siguiente, el periodista Bruno Faria se preguntó, a través de las redes sociales, si era razonable que un jugador con tan pocos partidos en la elite, de apenas 19 años, costase ya 120 millones de euros.
Y Gomes respondió: “¿No será un negocio para lavar dinero?”. Lo cierto es que en Portugal, la supervisión de las operaciones de fútbol están mucho más supervisadas, por lo menos en el caso del Benfica, puesto que es un club que cotiza en Bolsa. Ahí, la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM), tiene que comprobar que todo está en orden.
Recordemos que el club luso comunicó este miércoles al CNVM la intención del Atlético de abonar 126 millones de euros por el jugador, 120 por su cláusula de libertad y seis más por el hecho de tener que pagar en varios plazos el fichaje.
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