Una investigación reveló este lunes nuevos casos de abuso y trato vejatorio hacia los empleados de los Phoenix Suns por parte de miembros de la cúpula directiva del equipo, que se suman al dueño Robert Sarver, hasta este momento el principal involucrado en la investigación.
La indagación, publicada por la cadena ‘ESPN’, desvela nuevos datos sobre el tóxico ambiente laboral vivido por los empleados de los Suns, que incluye abusos verbales, maltrato de empleadas embarazadas y casos de amenazas por parte de importantes directivos.
Si Sarver estuvo en el centro de este escándalo el pasado septiembre y acabó poniendo en venta a los Suns y a la franquicia de baloncesto femenino Phoenix Mercury, uno de los nuevos nombres es el del consejero delegado Jason Rowley, según asegura la citada cadena estadounidense tras entrevistar a más de 20 empleados del equipo.
“Sarver creó la cultura (de la mala conducta), pero los ejecutivos la mantuvieron”, dijo uno de los empleados de los Suns.
La NBA sancionó entonces a Sarver con su máximo castigo, un año de suspensión y una multa de diez millones de dólares, pero, según la investigación, unas cláusulas del documento impiden al máximo mandatario interino “despedir o fichar a nuevo consejero delegado”, así como otros altos directivos, sin el visto bueno del propio Sarver.
Uno de los casos de trato vejatorio del que se acusa a Rowley ocurrió con un empleado de la arena de los Phoenix Suns que le negó acceso al estadio durante un concierto por no llevar consigo los necesarios documentos de identificación.
La NBA enfrentó un escándalo en los Phoenix Suns después de que una investigación descubriera un comportamiento abusivo en el entorno laboral y trato vejatorio a sus empleados por parte del dueño Robert Sarver.
La NBA le sancionó con un año de suspensión y una multa de diez millones de dólares. Sin embargo, las graves revelaciones del informe provocaron la feroz indignación de gran parte del ambiente, encabezado por estrellas como LeBron James o el mismo Chris Paul, de los Suns, quienes consideraron insuficientes esas medidas.
Entre las revelaciones de la investigación se concluyó que Sarver usó en al menos cinco ocasiones un gravísimo insulto racista contra la población afroamericana. La liga también determinó que Sarver hizo muchos comentarios sexistas y derogatorios sobre mujeres.
En este contexto, Sarver, que también es dueño de las Phoenix Mercury de la WNBA y es accionista del Mallorca del fútbol español, decidió vender las franquicias de baloncesto.
“Palabras de las que ahora me arrepiento profundamente manchan casi dos décadas en las que he construido unos equipos que unieron a la gente, e hicieron más fuerte la zona de Phoenix”, afirmó entonces, tras una página oscura del baloncesto estadounidense.