Una nueva descendiente de la variante Ómicron de covid, la XBB1.5, con gran capacidad de contagio, se extiende a toda velocidad por algunas zonas de Estados Unidos y ya representa la mayoría de los casos en un país donde las infecciones se encuentran en aumento, impulsadas por los viajes y las reuniones de esta temporada festiva.
Según los datos de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), las subvariantes XBB y XBB1.5 representaban el 44,1% de todos los casos de covid en Estados Unidos en la semana del 31 de diciembre. Una semana antes, esa proporción era del 25,9%. Y en la semana del 15 de diciembre rondaba el 10%.
“Nuestra preocupación es lo contagiosa que es” la nueva subvariante, ha declarado en Ginebra la epidemióloga y responsable técnica de la respuesta contra la covid en la Organización Mundial de la Salud (OMS), Maria Van Kerkhove. “Es la subvariante más transmisible que se ha detectado hasta el momento”, puntualizaba esta semana en una rueda de prensa. Y, aunque no hay indicios de que sea más mortal o provoque infecciones más graves, la rapidez con la que se expande preocupa a los científicos. “Mientras más circule este virus, más oportunidades tendrá de mutar”.
Una preocupación que se agudiza cuando China, el país más poblado del mundo y afectado por una gigantesca ola de covid, se dispone a abrir sus fronteras este fin de semana por primera vez en casi tres años, entre críticas de la OMS y gobiernos de todo el mundo sobre la falta de transparencia de sus datos. La XBB1.5 se ha detectado en 29 países en todo el mundo.
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La mayor transmisibilidad de la XBB1.5 y su predecesora XBB se debe a las mutaciones en esta variedad específica del virus, que le permiten adherirse a las células humanas con mayor facilidad y replicarse con rapidez.
En Estados Unidos, la combinación de la nueva subvariante y la temporada de vacaciones que comenzó a finales de noviembre con el día de Acción de Gracias ha llevado a un aumento del número de casos y de hospitalizaciones. La media de ingresos diarios en la semana del 29 de diciembre al 3 de enero es de 6.519, según los datos de los CDC, mientras que en los siete días anteriores se encontraba en los 5.613. El número de casos en la última semana se ha situado en los 470.699, mientras que inmediatamente antes de que comenzaran las festividades en noviembre se encontraban por debajo de los 300.000.
La nueva mutación se detectó por primera vez en octubre en Nueva York y Connecticut, en el noreste de EEUU. Actualmente, según los datos de los CDC, las infecciones por XBB y XBB1.5 representan ya el 75% de los casos en su región de Nueva York, que abarca también el estado de Nueva Jersey, Puerto Rico y las Islas Vírgenes. En la región de Connecticut, que incluye Massachusetts, New Hampshire, Maine, Vermont y Rhode Island, la prevalencia llega al 86,2%.
Hasta el momento no hay datos que apunten a que, pese a su mayor capacidad de contagio, las infecciones por esa subvariante puedan ser más graves. Los expertos han subrayado que las vacunas y los tratamientos existentes contra la covid parecen mantener su capacidad de lucha contra ese tipo del virus. Dado el nivel de inmunidad mucho más alto entre la población contra la covid, no se anticipa una vuelta a los momentos de crisis de los últimos tres años. Ni siquiera a la escalada vivida hace un año, cuando la variante Ómicron comenzó a propagarse por el planeta. Entonces, el mundo vivió 25 millones de casos positivos diarios, siete veces más que en la actualidad; aunque ahora se efectúan muchas menos pruebas, dado que la gran mayoría de los casos son leves o asintomáticos.
En Nueva York, uno de los focos de la nueva subvariante, han aumentado las hospitalizaciones. Según su Departamento de Sanidad, el índice actual es de 22,26 por 100.000 residentes, el más alto desde febrero de 2022. Pero es difícil atribuir la subida a la XBB1.5: en esta época invernal proliferan las enfermedades respiratorias. La mayor parte de los ingresados con covid en este estado, un 54,8%, no fue hospitalizado por el virus. Sus síntomas eran lo suficientemente débiles como para que la enfermedad se detectara únicamente mediante un test.
“Esperamos nuevas olas de infección en el mundo, pero eso no tiene que traducirse en nuevas olas de mortandad, porque nuestras medidas contra el virus continúan funcionando”, subrayaba Van Kerkhove en la rueda de prensa.
Un grupo técnico de la OMS sobre la evolución del virus ha comenzado una evaluación para analizar el riesgo de la nueva subvariante, y vigila de cerca cualquier posible cambio en la gravedad de XBB y XBB1.5, valiéndose de estudios de laboratorios y de datos obtenidos entre la población. Según Van Kerkhove, se espera poder publicar el informe en los próximos días.
En Estados Unidos, los CDC han reiterado los llamamientos a la población para recibir la dosis de recuerdo. Aunque el 70% de los habitantes del país están vacunados con dos dosis, únicamente el 15,4% de los mayores de cinco años ha recibido la de refuerzo. Una cifra muy por debajo de las expectativas cuando se lanzó la nueva campaña de inmunización en agosto. Únicamente entre los mayores de 65 años, la población de mayor riesgo, se eleva al 38,1%.
El Gobierno estadounidense aspira a hacer de las vacunas contra la covid una campaña anual, como apuntó en octubre uno de los inmunizados con todas las dosis, el presidente Joe Biden.
“Para la mayor parte de los estadounidenses, una dosis contra la covid al año será todo lo que necesiten”, declaraba entonces en un acto en la Casa Blanca. “Y si la reciben, estarán protegidos. Y si no, se estarán poniendo en un riesgo innecesario a ustedes mismos y a otras personas”.
De momento, Washington ha renovado esta semana la orden que exige un certificado de vacunación para los visitantes extranjeros que se desplacen a Estados Unidos. Este Gobierno exigirá además a los viajeros procedentes de China que presenten una prueba negativa de coronavirus efectuada no más de 48 horas antes de la hora de vuelo.
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