El Alavés arranca este mismo lunes su pretemporada. Las pruebas médicas habituales, sumadas a las PCR, darán paso a las primeras sesiones sobre el césped a las órdenes de Pablo Machín. Si en esta primera tanda de test no se detecta ningún positivo, los entrenamientos arrancarán el próximo jueves. Tendrá que hilar fino el técnico soriano, ya que entre futbolistas del primer equipo y cedidos a otros clubes en el pasado curso, cuenta nada menos que con 32 futbolistas con contrato.
Al igual que le sucedió en el pasado ejercicio a Asier Garitano, el nuevo inquilino del banquillo no va a disfrutar de las mejores condiciones para empezar, ya que v
a a encontrarse a un grupo de discípulos demasiado numeroso y descompensado en varias posiciones, a la espera de las incorporaciones que puedan ir llegando.
En esta ocasión, además, el mercado de fichajes, que arrancó el pasado martes, se prolonga nada menos que hasta el 5 de octubre, con lo que el equipo gasteiztarra iniciará la temporada -está previsto que el 12 de septiembre- sin completar su plantilla.
Solo un mes
Al igual que sucedió después del confinamiento, y siempre que las condiciones marcadas por la pandemia no empeoren, los clubes modestos como el Alavés van a tener un único mes de trabajo. En esta ocasión, al menos, las sesiones en grupo van a poder desarrollarse desde el principio y, además, se podrán disputar amistosos, aunque con unas condiciones de seguridad muy escrupulosas. Todo ello, además, con la Espada de Damocles del virus sobre la rutina diaria de los equipos.
Con todo ello, la fase de preparación se presenta en esta ocasión limitada en extremo. La LFP ha marcado un protocolo que va a impedir a sus integrantes realizar concentraciones y jugar amistosos en instalaciones que no sean propiedad de los mismos. De este modo, se asegura que las medidas de competición se cumplan con escrupulosidad. Además, estos encuentros de preparación serán sin público.
Esta circunstancia va a impedir al Deportivo Alavés jugar en localidades alavesas, donde se presentaba a su afición en cada pretemporada. El Trofeo Villa de Laguardia, un clásico en su calendario que todos los años se celebraba por estas fechas, queda suspendido en esta ocasión. Lo mismo sucede con amistosos que solían jugarse en localidades como Agurain o Alegría-Dulantzi, entre otras muchas.
Cabello y Barbero
Pablo Machín ya conoce a los que van a ser sus escuderos en el próximo curso. La entidad albiazul contaba ya con un nutrido grupo de profesionales y al soriano sólo le va a acompañar en esta ocasión Jordi Balcells, al que él mismo define como su “persona de confianza”. Jordi Guerrero, que hasta ahora había sido su segundo, no vendrá al club albiazul.
Además, del sorprendente regreso de Javi Cabello, anunciado ayer por el propio técnico castellano-leonés en su presentación, otro viejo conocido regresa a la disciplina alavesista. Se trata de Javi Barbero, antiguo entrenador de porteros que, tras coincidir con José Bordalás en el curso 15-16 en Mendizorrotza, se marchó con el técnico levantino al Getafe.
En cuanto a Cabello, la situación contractual entre ambas partes ha tenido mucho que ver en su vuelta. El técnico renovó su vínculo en enero de 2019 por dos campañas más por lo que, cuando fue destituido el 5 de julio junto a Asier Garitano, le restaba por cumplir el tramo final del curso 19-20 y todo el 20-21 completo.
Así, el cuerpo técnico albiazul de esta nueva temporada estará integrado por un grupo de ocho profesionales: Pablo Machín como primer entrenador, Javier Cabello (segundo), tres preparadores físicos -grupo donde Jordi Balcells se une a José Antonio Morga y Nenad Njardai-, Javier Barbero (entrenador de porteros) y los analistas Damián Suárez, Jon Zubillaga y Julen Castellanos.
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