Se presenta un verano decisivo para la confección de la plantilla de la Real de la próxima temporada. Lo que de momento ha sucedido es que la entidad txuri urdin ha dado la baja a dos futbolistas que han sido relevantes en los últimos años: Adnan Januzaj y Nacho Monreal. Se esperan altas, claro, sobre todo para reforzar una parte ofensiva que queda mermada por la marcha del belga, la lesión de Oyarzabal y las incógnitas que se ciernen sobre Alexander Sorloth, cuya cesión ha concluido e, incluso, sobre Portu, por quien, según apuntan desde Valencia, se ha interesado el club ché y que el pasado verano ya estaba abierto a escuchar ofertas.
Lo que ya es evidente es que la plantilla que pelee en la Liga, la Copa del Rey y la Europa League tendrá el sello exclusivo de Roberto Olabe. Y es que con la marcha de Januzaj, al que Imanol le dijo que no iba a contar con él y al final no firmó la renovación por tres años que tenía pactada con el club, ya no queda nada de la herencia de Lorenzo Juarros, el anterior director deportivo destituido en marzo de 2018.
El crack de Bruselas era el último superviviente de la ‘Era Loren’ en lo que ha fichajes se refiere. Llegó en 2017, con el de Mambrillas de Lara como máximo responsable, a cambio de seis millones de euros más variables. Durante las últimas campañas, Olabe ha forzado la marcha de los futbolistas fichados en su día por su antecesor.
En 2021, Willian José, que arribó a la Real en 2016 a cambio de seis millones, voló hacia el Betis para no volver, primero cedido, ahora traspasado. Tampoco renovó Moyá, última incorporación de Loren en enero de 2018. El meta balear se ha retirado. En 2020, el club txuri urdin ejecutó la venta de otros dos futbolistas contratados en la época anterior, por los que la entidad donostiarra sacó réditos económicos: Diego Llorente se fue al Leeds a cambio de 20 millones y Gero Rulli y sus culebrones veraniegos hallaron acomodo en Vila-Real a cambio de cinco.
No obstante, el verano en el que Olabe verdaderamente puso su sello fue el de 2019. Y no tanto por la venta de Juanmi al Betis por ocho millones, ni las salidas sin compensación económica de Rubén Pardo y Héctor Moreno, sino por los seis fichajes que se realizaron entonces, decisivos para entender la historia reciente de la Real.
El verano de 2019
Olabe se trajo a Remiro gratis del Athletic, a Isak del Dortmund a cambio de seis millones que luego fueron 10, a Monreal por una cantidad testimonial al Arsenal, a Odegaard cedido del Real Madrid, a Portu por 10 millones que recalaron en las arcas del Girona y a Sagnan, del Lens, por 4,5. Todos menos el central francés han sido motores de esta transformación de la Real en un habitual en Europa e incluso ganadora de títulos.
No se espera ese trasiego durante las próximas fechas, pero es evidente que el director de fútbol ha de reforzar la parte ofensiva del equipo y lo va a hacer con ambición. Pase lo que pase con Rafinha, a quien la Real quiere a toda costa pero por el que habrá que desembolsar una buena cantidad de dinero, habrá que fichar uno o dos mediapuntas que acompañen a Silva. También los extremos quedan cojos con las lesiones de Oyarzabal y Merquelanz, la incógnita de Barrenetxea y la marcha de Januzaj. Se incorporará por fin Carlos Fernández y queda por saber si reúnen el capital para adquirir a Sorloth.
Altas y bajas de los últimos años en la Real Sociedad