O te encanta o te resulta tedioso. Unai Emery es un técnico que no deja indiferente a nadie. Nieto del que fuese el portero que recibió el primer gol de la historia de LaLiga en un Espanyol-Real Unión de Irún de 1929, transpira fútbol por los cuatro costados. Durante su etapa como jugador no pasó de los 5 partidos en Primera con la Real Sociedad, pero todos los éxitos que no conquistó sobre el verde los ha alcanzado desde la banda. Porque tras pasar por Lorca, Almería, Valencia y Spartak de Moscú llegó al Sevilla, donde de la 2013/14 a la 2015/16 ganó de forma consecutiva los tres títulos que bien le valen para ser denominado como ‘Mr. Europa League’. Después llegó su aventura en el PSG, menos prolífica de lo esperado aunque tampoco de suspenso, y el pasado verano se hizo cargo de un Arsenal en el que tomó el relevo de nada más y nada menos que una institución ‘gunner’ como Arsene Wenger.
Emery, en menos de un año, ha hecho de su Arsenal un equipo muy reconocible
Emery ha dotado al conjunto londinense de una identidad reconocible más allá de la versatilidad táctica a la que está abierto el técnico vasco. Generalmente, línea de presión alta y en bloque, intentando minimizar los espacios entre líneas. Pero sin olvidar que, dependiendo del rival, en ocasiones es mejor hacer del contragolpe un arte cuando cuentas arriba con futbolistas como Aubameyang y Lacazzette.
En lo numérico, lo más utilizado por el Arsenal este curso ha sido el 4-2-3-1, pero en ciertos momentos de la temporada también ha optado por el 4-4-2 en rombo e incluso ha llegado a alienar tres centrales con dos carrileros largos. Sin ir más lejos, ante el Valencia en el cruce que le ha llevado a disputar esta final. Ante el Chelsea, en los dos partidos de Premier, con defensa de 4. Veremos.
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