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Unai Simón pasa de salvador a señalado en pocos minutos


El fútbol va corto de memoria. Se impone lo inmediato. El aquí y ahora eclipsa a lo demás y lo condiciona absolutamente todo. Si el Athletic-Valladolid hubiera finalizado 1-0, seguro que Unai Simón habría sido elevado a los altares por su gran intervención en el primer acto que evitó que los pucelanos se adelantaran. Sin embargo, la película acabó 1-1 y el arquero apareció en la fotografía del tanto visitante. Gajes del oficio en la portería. Más experiencia en la mochila para el de Murgia, que está dando los primeros pasos en la profesión.



Simón fue un mero espectador en el cuarto de hora inicial del encuentro. El juego se desarrollaba en campo contrario. Pero los guardametas nunca saben cuándo van a salir a escena. Activación instantánea. Masip sacó el chut de Raúl García a unos cien metros de distancia del alavés. Unos segundos más tarde le tocó actuar al guardián del Athletic.

De la nada. Todo se originó en un error de Yeray tras un balón largo del portero blanquivioleta. El de Barakaldo no midió bien y se le escapó el control en el centro del campo. Enes Ünal sacó provechó y se lanzó contra Simón. El punta turco tenía todo el tiempo del mundo. El alavés se hizo grande. Gigantesco. Estiró los brazos al máximo y sacó el disparo de Ünal con el bíceps. San Mamés estalló de alegría. Lo celebró como un gol. Yeray suspiró de alivio.

Williams adelantó al Athletic pasada la media hora. El uno y el nueve decantaban la balanza. Pero en Bilbao únicamente se quedó un punto. A Simón le tocó sufrir la otra cara de la moneda. En otra acción ofensiva que se gestó en un error de Yeray. En este caso, en la salida de balón. Se adelantó demasiado el esférico cuando los leones se desplegaban, el Valladolid recuperó y cazó a los de Garitano por el sector izquierdo.

Nacho puso un centro tenso que Simón no pudo agarrar ni despejar. Se quedó a medio camino. Seguro que el agua le jugó una mala pasada porque la pelota deslizaba mucho. Mala suerte. El balón salió despedido, golpeó en Iñigo Martínez, hizo una parábola y se introdujo en la portería. El arquero local se lanzó a la desesperada, pero no evitó el gol.

Sus compañeros fueron los primeros en brindarle apoyo. “Es un error que le puede pasar a cualquiera, esto es fútbol. Ha tenido un acierto que nos ha salvado del 0-1, nos ha salvado de muchos goles cantados. Es un porterazo”, aseguró Williams. Muniain mantuvo la línea y destacó el “paradón” ante Ünal. “Todo suma, de todo se aprende y así se forja un gran portero”, declaró el capitán.


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