UNAM: dietas ‘no pesocentristas’ priorizan salud, no sólo bajar kilos

UNAM: dietas ‘no pesocentristas’ priorizan salud, no sólo bajar kilos

En la actualidad se han puesto de moda diversas dietas como la dieta keto, paleo o el ayuno intermitente a través de redes sociales. 

Estas se realizan con la finalidad de bajar de peso y en muchos casos se deja de lado los daños a la salud que pueden provocar.

Sin embargo, existen aproximaciones a la nutrición que priorizan la salud integral de las personas y no sólo se centran en la pérdida de peso y la reducción de tallas, llamadas ‘no pesocentristas’.

Shandal Jasso, abogada y activista, quien debido a las dietas que realizó, prescritas por especialistas, tuvo afectaciones en su salud y ahora presenta resistencia a la insulina, compartió las malas experiencias que tuvo con dietas que sólo buscaban la pérdida rápida de peso.

“Los atracones, esta desesperación por comer mal emocionalmente, también un mal humor, o sea, de todo me enojaba, me exasperaba muy rápido, no dormía bien, y estas cosas pues se acabaron cuando caí con una nutrióloga no pesocentrista”, relató Jasso a expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Cuando tenía 16 años, Shandal subió de peso y comenzó a probar diversas dietas como la cetogénica, también conocida como dieta Keto, que consiste en eliminar por completo el consumo de carbohidratos y elevar el de proteínas y grasas.

“Dejaban de lado mi vida, la tiroides, cualquier cosa, y me sometían a restricciones. Entonces, obvio, las dietas no eran sostenibles, y yo, pasado el tiempo, caí de nuevo en los atracones, suspendía la dieta y cada vez era peor”, relata Jasso.

Los nutriólogos a los que asistía basaban su régimen en dietas pesocentristas, sin importar su salud. Aunque algunas de estas dietas pueden lograr que las personas bajen de peso en poco tiempo, estudios recientes de la Sociedad Americana de Nutrición han demostrado que la dieta cetogénica puede incrementar riesgos cardiovasculares. 

“Las personas tienden a aumentar el consumo de proteína, que también es característico de estas dietas. Tanto grasas como proteínas elevan colesterol, triglicéridos, eso los predispone a hipertensión arterial y después vienen problemas con la glucosa”, explicó Andréa Martínez, investigadora de la Facultad de Medicina de la UNAM.


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