Nueva temporada, Donovan Mitchell en el roster, pero los Cleveland Cavaliers notan que les sigue faltando algo, esa calma en la tormenta que no encontraron el año pasado en el mercado y que sólo es capaz de transmitir Ricky Rubio, quien quizá vuelva el mismo mes que se fue, en diciembre.
Desplomado hasta la novena plaza el año pasado tras la rotura de cruzado del base de El Masnou un equipo que había alcanzado la tercera plaza y eliminados en el Play-In, los Cavs, tienen aún más aspecto de play-offs con Mitchell. Pero en su ‘opening night’ del miércoles, y ante el desorden que propusieron en el último cuarto unos correosos Raptors que retuvieron en Toronto un triunfo que parecía que se iba para Cleveland (108-105), añoraron ese orden. El de Ricky.
Ricky Rubio también tiene una relación especial con Kevin Love
“Sí, le echamos de menos en partidos como estos”, reconocía el entrenador de los Cavaliers, J.B. Bickerstaff, en respuesta a MD. “Lo que más añoramos es su espíritu, es difícil de describir con palabras lo que significa para el equipo, cómo se sienten sus compañeros cuando tienen la oportunidad de jugar con él, tiene la habilidad de subir la moral del equipo sin decir nada. La gente simplemente cree en él, sus compañeros se sienten cómodos con él”, subraya Bickerstaff.
Sin embargo, aunque ya quede menos para el regreso de Ricky, deberá seguir minimizando el técnico por un tiempo los efectos de no tenerle tras los serios daños el año pasado. La estadística más definitoria de la trascendencia del base catalán en la franquicia de Ohio es la del balance de victorias/ derrotas el año pasado: 21-15 con Ricky, 24-24 sin él. “El plan con él sigue siendo el mismo, no hay una fecha exacta de regreso, nos aseguraremos que se retorno sea seguro y que esté sano. Cuando esté listo, volverá”, señaló el ‘coach’ de Cleveland.
“No puedo esperar a que vuelva, cuando no está se nota y yo siempre aprendo cosas de él”, dijo con sentimiento Donovan Mitchell, más que compañero o amigo, íntimo confidente del base. “Ahora le escribiré”, aseguraba tras el Raptors-Cavaliers. Le llamaba ‘Jesús’ en su época en Utah Jazz por lo del pelo largo, quizá también por el altruismo y la paz que desprende el generoso Ricky, y confirmó Mitchell en el Media Day que fue algo como un apóstol suyo, resaltando la influencia que ha tenido en su carrera. Así que, sentado al lado de Jarrett Allen en la rueda de prensa, al disponerse ambos a hablar del base de El Masnou, el pívot le cede primero la palabra a Mitchell, dirigiéndole esa pícara mirada que uno lanza al que le pide hablar sobre el chico o la chica que le gusta. Y el All-Star se vuelve a ‘declarar’ a Ricky.
“Él pone el control, el ritmo, es en tío divertido, la gente sigue hablando sobre su liderazgo. Cuando tienes a un chico como él, pone el ritmo en momentos como estos, encuentra maneras para que consigamos cosas, cuida la bola, hace los pases correctos. Ricky es uno de los mejores en esto, hace las lecturas correctas, encuentra a los compañeros continuamente, pone a los jugadores en buenas posiciones en ambos lados de la pista, comunica. Cuando tienes a un jugador que ha estado haciendo eso durante 13 años (en la NBA), pues le echas de menos”, remarcaba a MD, Mitchell, 31 puntos en su debut.
“Ricky es uno de los mejores, la gente sigue hablando de su liderazgo en el vestuario”
Los Cavs juegan mejor al son de Ricky y más rápido. El juego fluye más y a más velocidad y así lo dicen los estadísticas, ya que con el base del Masnou en pista Cleveland totaliza 100 posesiones por partido y, sin él, la cifra baja a cuatro. “Es su habilidad para poner pausa, para guiarnos por el camino correcto”, subraya, por su parte, Jarrett Allen.
La circulación y el cuidado de de balón de la franquicia de Ohio también fue la pasada campaña una con Ricky y otra sin él. Mientras pudieron disfrutar del base, los Cavaliers tuvieron un mayor porcentaje de puntos creados de asistencia por partido (66,2% – 65%), un mejor ratio de asistencias/pérdidas (1,75 – 1,83), más asistencias potenciales (51 – 47) e hicieron más pases por encuentro (305 – 291). Diferencias en algunos casos mínimas pero que juntas suman mucho.
Donovan Mitchell y Ricky Rubio vuelven a encontrarse en los Cavaliers tras su época en Utah
Pero la otra estadística, aparte del balance de triunfos y derrotas, que exalta la relevancia de Ricky Rubio y otros de sus dones naturales -la defensa-, es la del Net Rating (diferencial de puntos cada 100 posesiones). La ausencia del base de El Masnou resultaba tenía tanto impacto en el equipo que sin él en la cancha los Cavaliers tuvieron un Net Rating de -2,4 y, con él, de +6,5. Con Ricky el rating ofensivo -puntos anotados cada 100 posesiones-, era mejor (111,7 – 109,2) y, sobre todo, el defensivo, recibiendo los Cavs 111,6 tantos sin el exterior catalán y 105,2 con él. “Nos da una defensa de media pista terrorífica”, apunta Mitchell, secundando la opinión de su entrenador.
“Es un jugador con mucha experiencia, ha vivido enfrentamientos individuales físicos y duros. Él saber como aliviar la presión en los demás, sabe cómo provocar errores en el rival. Y, obviamente, eso también lo echas de menos”, destacaba J.B. Bickerstaff, necesitado de un perfil como el de Ricky Rubio para complementar a la vez que enriquecer al joven y explosivo Darius Garland, base titular indiscutible. Además de un gran anotador (21,7 puntos), Garland (22 años) se acabó de destapar el año pasado como un magnífico asistente -8,6 pases de canasta por encuentro-.
“Sólo por tenerle en el banquillo y poder hablar con él nos ayuda mucho”
No obstante, con tal de no acelerar la jugada de manera errónea como a veces le ocurre, su locura precisa de la cordura de Ricky. Y congenian, ya que con ambos en pista los Cavaliers tuvieron un Net Rating de +16. La franquicia de Ohio no pudo encontrar a nadie como Ricky Rubio, ni tan siquiera en el mercado, inocuo el intento de reemplazarle con el talentoso pero irregular Rajon Rondo, con quien Garland no mezcló tan bien: un Net Rating ambos de -6,3. Rondo, que además sufrió problemas físicos, promedió 6,2 puntos y 5 asistencias en 21 minutos frente a los 13 tantos y 6,6 pases de canasta en 28,5 del catalán -las mejores estadísticas de su carrera-, quien, sin dejar de ser Ricky, se ha convertido en otro Ricky con el paso de los años, más anotador.
La diferencia entre las cifras de Rondo y del ex de Barça y Joventut no fue tanta pero hay intangibles que ni siquiera miden la más avanzada de las estadísticas, el buen rollo, la química entre compañeros que crea un tipo tan conciliador como Ricky, esa paz que transmite sólo con su palabra y que tiene encandilado a Jarrett Allen. “Sólo por tenerle en el banquillo, sólo por hablar con él, que nos diga como organizar el ataque nos ayuda mucho, mucho más de lo que la gente piensa. No puedes tenerlo sólo un rato. Cuando vuelva va a aportar mucho”. Los Cavaliers suspiran por Ricky.