Colegio electoral instalado en la Biblioteca Central de Brooklyn, uno de los cinco condados de Nueva York, este martes.Michael M. Santiago (AFP)
Jornada de primarias en Nueva York. En una votación que ha pasado prácticamente sin pena ni gloria, a juzgar por la abstención registrada respecto de la convocatoria anterior, los habitantes del Estado han elegido este martes a los candidatos a gobernador y vicegobernador, así como a los miembros de la Asamblea estatal. La elección se completará el próximo 23 de agosto, cuando serán elegidos los candidatos a representar al Estado en el Congreso de EE UU, entre ellos el veterano demócrata Jerry Nadler, que concurre de nuevo. Conocida de antemano la filiación política del ganador -Nueva York es un feudo tradicionalmente demócrata en que los republicanos tienen pocas chances de victoria-, la votación de este martes debía decidir igualmente quién será el próximo fiscal general del Estado y el interventor.
Según la tradición, quien gana las primarias, revalida fácilmente su victoria en las elecciones de noviembre, por lo que en Nueva York, a diferencia de otros Estados muy disputados, no se auguran mayores sorpresas. El hecho de que las primarias se desdoblen en dos días se debe a la reconfiguración del mapa electoral, una polémica iniciativa demócrata que fue rechazada por la justicia por considerar que les beneficiaba electoralmente.
Entre los candidatos a gobernador por el bando demócrata, juega con sobrada ventaja la gobernadora actual, Kathy Hochul, la primera mujer al frente del Estado. La centrista Hochul ocupa el puesto interinamente desde que en agosto pasado el anterior gobernador, Andrew Cuomo, se viera obligado a dimitir por un escándalo sexual. Apadrinada por el alcalde Nueva York, Eric Adams, y con el respaldo explícito del diario The New York Times -en EE UU los grandes medios toman postura abiertamente-, la campaña de Hochul ha recaudado mucho más que sus rivales en las urnas, el moderado Thomas Suozzi, con un discurso basado en la ley y el orden, y el progresista Jumaane Williams, actual defensor del pueblo estatal. En una campaña marcada por la inflación y las turbulencias económicas, y secuestrada en los últimos días por dos polémicas sentencias del Tribunal Supremo -la del aborto y la que tumba la regulación del uso de armas-, el gran proyecto concreto sobre el que ha girado el discurso de los tres candidatos es la magna remodelación, con rango de intervención urbanística, de la estación Penn de Nueva York, un importante nudo de comunicaciones cuyos alrededores han conocido épocas mejores y que hoy ensucian la imagen de la ciudad.
Más interesante y reñida es la pugna por conocer la identidad del segundo -o segunda- de Hochul en la gobernación del Estado. La gobernadora actual eligió al excongresista Antonio Delgado, de origen caboverdiano, para el ticket electoral, pero le han salido sendas competidoras, ambas latinas, por los flancos: una, la combativa y enérgica activista colombiana Ana María Archila, que cuenta con el respaldo de la progresista Alexandria Ocasio-Cortez, y la otra, la exconcejal Dyana Reina, más moderada. Aunque los latinos representan casi el 30% de los habitantes de Nueva York, ninguno ha sido elegido hasta ahora como vicegobernador, siendo pocos además los que se sientan en la Asamblea de Albany, sede del Gobierno estatal. La desmotivación, cuando no la ignorancia acerca del proceso electoral, entre los votantes latinos, puede ser un hándicap para las candidatas.
El ‘espectáculo’ de Rudy Giuliani
Por el lado republicano se presentaban cuatro candidatos a gobernador, pero todos quedaron eclipsados por el protagonismo casi absoluto del exalcalde y exabogado de Donald Trump Rudy Giuliani, a la sazón padre de uno de los aspirantes, Andrew Giuliani, a su vez exasesor del expresidente republicano. Los otros tres candidatos son prácticamente desconocidos para el gran público salvo en sus distritos de referencia. Se trata de Rob Astorino, un ejecutivo del adinerado condado de Westchester; Harry Wilson, empresario, y el único con experiencia política de los cuatro, Lee Zeldin, aliado de Trump y que cuenta con las bendiciones de la rama local del partido republicano.
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Giuliani padre protagonizó el domingo una anécdota que secuestró lo poco que quedaba de campaña (ha habido votaciones adelantadas entre el 18 y el 26 de junio). Siempre pegado como una sombra a su hijo Andrew, Rudy Giuliani fue alcanzando en la espalda por un manotazo o puede que palmada -los medios locales no se ponen de acuerdo sobre la entidad del roce- de un empleado del supermercado donde hacía campaña, que le interpeló a gritos, en una presunta alusión a la derogación del derecho al aborto por el Supremo, por las mujeres que van a morir a partir de ahora, se supone que como consecuencia de abortos ilegales. Sin que la violencia del episodio resultara merecedora de tal correctivo, el empleado fue detenido y conducido a comisaría, donde pasó la noche entre rejas. Giulani padre, muy crecido, ha solicitado que el individuo sea castigado convenientemente por la agresión. El alcalde Eric Adams ha recordado a su antecesor en el cargo que inventarse un delito es delito.
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