Unidas Podemos exige a Sánchez un Presupuesto conjunto y estar en las negociaciones con Ciudadanos


Una vez más, como es habitual en política, la foto era el mensaje. Pedro Sánchez ha programado un acto de arranque de curso atípico, alejado de los mítines y de la militancia. Ha optado por convocar a la cúpula empresarial del país para que le arroparan en un discurso de llamada a la unidad, con la mirada puesta en el PP. Y esos empresarios han respondido con una presencia que es en sí una declaración política: los representantes de las mayores empresas del país, desde Ana Patricia Botín (Santander), a José María Álvarez Pallete (Telefónica), Carlos Torres (BBVA), Florentino Pérez (ACS), José Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola) o Pablo Isla (Inditex) acudieron para escuchar del presidente un llamamiento a la unidad que estaba dirigido claramente al principal partido de la oposición, con cuyo líder, Pablo Casado, se verá este miércoles en La Moncloa. El presidente ha pedido unidad y “un nuevo clima político”.

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Sánchez, que vive una importante tensión interna por los Presupuestos con Pablo Iglesias ―que estaba en el acto, como casi todos los ministros― ha aprovechado para asegurar ante la cúpula empresarial del país que el Gobierno “puede garantizar su estabilidad en los 40 meses que quedan de legislatura”. Esto es: la coalición no se va a romper y no hay ningún viso de elecciones en los próximos meses.

El presidente ha aprovechado esa presencia de la cúpula del poder económico para presionar al PP: “El Gobierno elige unidad, no división, ni enfrentamiento, ni confrontación. España debe entenderse con España como Europa se entendió con Europa en julio. Es el mayor reto en un siglo, no puede superarlo media España de espaldas a la otra media o peor, contra la otra media. No hay virus de derechas ni virus de izquierdas”. Sánchez ha pedido “un nuevo clima político” para hacer frente al virus y a la crisis económica y ha insistido en que “sin diálogo no hay solución”.

La respuesta de la cúpula empresarial animó al Gobierno. Allí estaban Isidre Fainé (La Caixa), José Bogas (Endesa), José Ignacio Goirigolzarri (Bankia), José Manuel Entrecanales (Acciona), Antonio Garamendi (CEOE), pero también los líderes sindicales, Unai Sordo (CC OO) y Pepe Álvarez (UGT). El presidente aprovechó su presencia para lanzar un mensaje indirecto al PP: “aquí hay más de un centenar de personas con preferencias políticas diferentes que comparten el mismo anhelo: ver a nuestro país erguido, marchando hasta el futuro. Estoy seguro de que están listos para sumar esfuerzos”.

De nuevo, las imágenes decían casi más que el discurso, y en la fase previa al acto se ha podido ver a Botín departiendo amablemente y mucho rato con Irene Montero, ministra de Igualdad, y el propio Iglesias. Todo un gesto en un momento en el que el PP está rechazando cualquier acuerdo con el Gobierno por la presencia en él de Unidas Podemos.

A la salida del encuentro, la propia Botín dejó claro que le había gustado el mensaje de unidad del presidente: “Ha estado muy bien [el discurso], yo creo que es fundamental que trabajemos todos juntos, como ya hemos dicho muchas veces. Hay un reto pero también una gran oportunidad de reconstruir todos juntos una economía más sostenible”, ha asegurado en declaraciones a La Sexta.

Como estaba previsto, Sánchez se concentró en un discurso patriótico, bajo el lema “España puede”, con el que quiere colocarse en el centro de la escena política en un momento muy delicado de la crisis sanitaria y económica. “En muchas ocasiones se habla mejor de España fuera de España que dentro de España. La leyenda negra nace dentro. El peor mal de España ha sido siempre no creer en sí misma. Debemos desterrarlo. España puede si España quiere. Lo hemos demostrado. España vivió una guerra, una larga dictadura tras un golpe de Estado a la república. Esa historia nos lleva a no valorar lo que hemos hecho en los últimos 40 años. Tenemos un país del que debemos sentirnos tremendamente orgullosos”, insistió.

A diferencia de los actos de partido, nadie aplaudió a la entrada del presidente, y el encuentro fue mucho más sobrio de lo habitual en los arranques de curso. Pero el aplauso que recibió de la cúpula económica del país al final del discurso valía para los estrategas de La Moncloa que diseñaron este encuentro mucho más que el calor de la militancia. Los empresarios, sindicalistas, personas del mundo de la cultura y algunos influencers que acudieron se llevaron un mensaje claro del presidente: el Gobierno no se va a romper y la legislatura será larga, pero si no cambia el clima político, será mucho más difícil hacer frente a la pandemia y la crisis económica. Ahora Sánchez llevará ese mensaje a Casado, con quien no se ve en persona desde mayo.


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