Los Denver Nuggets lo han encontrado definitivamente y se preparan para ir al solemne y anhelado encuentro con el anillo, rumbo a Colorado para preparar la fiesta después de marcharse de Miami con un elocuente 95-108 ante los Heat y celebrar el 3-1 en estas Finales. Han encontrado el equilibrio perfecto entre la pizarra y esa actitud que con tanta vehemencia clama Michael Malone, pero, sobre todo el deseado y a la vez tan complicado equilibrio entre sus estrellas y el resto para proclamar la perfecta definición de equipo.
Nikola Jokic, el ‘Businessman’ con el elegante outfit con el que se presenta a los partidos y su calma chicha para manejar el juego a su antojo, puede dejar el negocio en manos de cualquiera. No fue el Jokic asistente como acostumbra -4 asistencias y 3 pérdidas-, pero tampoco con exactitud el anotador, ‘sólo’ 23 puntos -8/19 en tiros-, ante los 41 de ese Game 2 en el que los pro Heat se vanagloriaban de haberlo convertido en eso, anotador.
Pero Jamal Murray tampoco fue Murray en su máxima expresión, ejemplar dirección con 12 asistentes sin ninguna pérdida pero pasándolo mal en el tiro, 15 tantos tras un 5/17 en lanzamientos. El mejor par de la NBA se entregó a sus compañeros, a la cabeza esta vez con 27 puntos y una modélica serie de tiro -11/15 y un 3/4 en triples- Aaron Gordon, ese portento físico con pintas y gritos de Tarzán en sus mates de póster que se aparece de la nada como Aladdín tanto cortando como tirando.
Con Bruce Brown Jr. tomando valiente el relevo y entonando el ‘Resistiré’ ante la amenaza de remontada de los Heat en ausencia del dúo dinámico, sólo 2 puntos para Murray en el último cuarto y con Nikola Jokic fuera de él varios minutos por 5 faltas.
El ex de los Nets, dando una clase de fundamentos con 11 de sus 21 puntos en ese último parcial, silenció el intento de sublevación que anunciaban a bombo y platillo el Kaseya Center y el toque de corneta de Jimmy Butler. El llamativo alero en todos los sentidos -25 puntos con un 9/17 en TC-, aseguraba que lo del Game 3 “no podía volver a pasar”.
Pero pasó y pasaron como quisieron los Nuggets, dominantes a partir de la segunda parte con ventajas superiores a los 10 puntos y conteniendo las ilusiones de los Heat pese a llegar a bajar la diferencia a 5 (81-86, a falta de 08:42). Miami, ante lo que sólo ha hecho LeBron James, remontar un 3-1 en las Finales entre los Cavaliers y los Warriors.
“Ha sido un esfuerzo de todo el equipo, no puedo destacar uno, todo el mundo ha estado concentrado. Estamos a uno”, destacaba, entusiasmado por tan imponente exhibición colectiva, Jamal Murray.
Son los números -el 3-1 y que Miami se volvió a quedar por debajo de los 100 puntos-, pero también lo que desprenden uno y otro equipo, con una amplia amalgama de recursos entre jugadores y alternativas tácticas el conjunto de Michael Malone, y con la sensación de que al de Erik Spoelstra se le han acabado las balas, como si la imaginación de ‘Spo’ hubiera llegado a su límite, estéril la ofensiva de los Heat a pesar de la generosa aportación colectiva, también dobles dígitos Bam Adebayo (20 puntos), Kyle Lowry (13), Duncan Robinson (12), Kevin Love (12) y Caleb Martin (11).
Pero más frustrante es lo de la defensa cuando lo tienes todo estudiado como podía pensar Kevin Love. “Nos hicieron mucho daño en el Game 3 con el pick and roll con esquina vacía. No puedes parar a Jokic y Murray, hay que ralentizarlo”, afirmaba, sonriente, el interior en declaraciones a ABC. Tras haber vivido desde dentro la historia de los Cavaliers, tendrá que ser vocal Love para que el probablemente mayor relato de un ‘underdog’ como los Heat se torne en inmortal.
Malone se anticipó en su plan de partido incluyendo novedades -o haciendo más hincapié en otras jugadas-, y le dio una vuelta de tuerca a las ideas del tercer encuentro. No engañaban a nadie los Nuggets cuando se vieron detalles diferentes desde inicio del choque como Murray poniendo pantallas.
Denver se puso a jugar con Aaron Gordon, ese ‘rehén’ indefenso que subestiman los rivales y que se acaba convirtiendo en una dañina y adaptable navaja suiza. Como los Lakers con Rui Hachimura, creían los Heat haber encontrado la mejor medicina para calmar el dolor de Jokic con Love para ganar protección de aro a costa de dejar desatendido a Gordon, especialmente imparable sin el ex de los Cavaliers en pista.
El ala-pívot ejecutó desde el perímetro, ofreció siempre una infalible solución final a Murray y Jokic con el tráfico acumulado por el dúo cortando por línea de fondo y sacó cada provecho de cada mismatch, forrándose sobre todo atacando a Gabe Vincent. Alma libre, hizo cundir la anarquía en el orden de los Heat.
Gordon fue el imprevisto potente impulso de Denver y Brown el alivio final, impartiendo cátedra en el bloqueo directo en el último cuarto.
Y de Jokic y Murray, las dosis adecuadas. Sus abundantes triples-dobles en el anterior duelo -32 puntos, 21 rebotes y 10 asistencias para el serbio y 34 tantos, 10 capturas y 10 pases de canasta para el canadiense-, así como el disparado minutaje -44 y 45-, recomendaban a Denver diversificar las tareas. Por lógica por la fatiga acumulada y porque los Heat iban a estar preparados para que eso no volviera a suceder.
Jugaron sus pick and rolls como principio del juego de Denver que es, pero no con tanta frecuencia y variándolo. Los Heat repitieron el plan del segundo encuentro centrando aún más la atención en Murray, con agresivos 2×1 o una cobertura en ‘drop’ que casi se convertía en un 2×1. Solución fácil: pick and pop y listos, con un 3/7 en triples para Jokic que marcó la diferencia. Aparte de las finalizaciones con cortes. El serbio se fue al vestuario en su primer descanso con una torcedura de tobillo, pero, después, como si nada.
En el otro lado de la cancha, no podrá echarse en cara la agresividad Butler, que asumió las riendas buscando atacar a Murray en el poste bajo e incidiendo en el tiro de media distancia ante la defensa hundida de Jokic del bloqueo directo al principio.
Pero, pese a las aportaciones puntuales de Lowry, los Nuggets parecen haberse aprendido de memoria los ataques de los Heat, anulados los mano a mano con la intensidad de la que se quejaba Malone y las acciones de puerta atrás. Dos de ellas cortó con el pie el ‘Joker’, con delirios por mostrar sus buenas dotas de futbolista ante tanta estrella junta, Neymar, Vinicius y Paul Pogba contemplándolo en primera fila en esta Miami que todavía se frota los ojos con lo de Leo Messi.
Aunque Miami supo leer mejor los mismatches en la defensa de cambios de Denver cuando juega ‘small’, la dureza que ya no parece que vayan a perder los Nuggets se impuso para no permitir otra fantasía de los Heat, más cuesta arriba las Finales con los 1.600 metros de Denver esperando el lunes (02:30). La lógica dice que bajar el anillo de ahí parece empresa complicada y más con el ‘Joker’ al frente del negocio. Pero si alguien puede desafiarla, son los Heat y su cultura.
MIAMI HEAT
95108
DENVER NUGGETS
Miami Heat: Butler (25), Love (12), Adebayo (20), Strus, Vincent (2).
Banquillo: Lowry (13), Martin (11), Robinson (12), Zeller.
Denver Nuggets: Gordon (27), Porter Jr. (11), Jokic (23), Murray (15), Caldwell-Pope (7).
Banquillo: Brown Jr. (21), Green (3), Braun (1).
Parciales: 21-20/30-35/22-31/22-22
Árbitros: Scott Foster, Bill Kennedy, James Williams.
Incidencias: cuarto partido de las Finales de la NBA disputado en el Kaseya Center de Miami ante 20.184 espectadores. Los Nuggets ganan ahora 3-1 la serie y el Game 5 se disputará el lunes en Denver (02:30).
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