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Varane, ante sus fantasmas

Raphael Varane disputa el balón con el atacante croata del Inter Ivan Perisic en el partido disputado en Valdebebas.JuanJo Martín / EFE

De pequeño, a Varane le acusaban de ser demasiado amable y no lo suficientemente malote para triunfar. Le faltaba mentalidad, le decían. Hace mucho tiempo que el pronóstico se reveló un enorme error, pero lo que ahora está en juego con el francés es otra prueba de carácter. Su capacidad para mantener en pie la defensa del Real Madrid en Europa sin Sergio Ramos a su vera, algo que ha quedado en duda a la vista de los acontecimientos recientes. Siete de los ocho últimos partidos de los blancos en Champions con el capitán en la grada acabaron en siniestro total y en la inmensa mayoría de ellos la zaga la presidió Varane, que en ocasiones se mostró incluso aturdido por esta ausencia.

Su infausta noche en Mánchester el pasado agosto, donde dos pifias suyas arruinaron cualquier intento de remontada merengue ante el City en octavos, lo pusieron irremediablemente bajo la lupa cuando falta el cuatro sevillano, porque en las dos temporadas anteriores el equipo ya se había metido grandes costaladas en circunstancias similares contra el Ajax, la Juve, el PSG o incluso el CSKA. Y en el debú de este curso, otro gatillazo frente al Shakhtar con los mismos ingredientes: derrota ante un cuadro en pañales por la covid y autogol del francés (acumula dos este curso —el otro fue en Mestalla— de cuatro en toda su trayectoria en España).

Así que la cita tan espinosa de este miércoles con los nerazzurri (21.00, Movistar Liga de Campeones) supone un examen personal para Varane, en el que se medirá su pericia para sobrevivir y ayudar a sobrevivir al equipo en el continente sin el mando de Ramos. El pasado sábado salió airoso junto a Nacho en Vila-real, pero en el esqueleto de San Siro le espera una pareja de delanteros de mucho tonelaje, Lautaro Martínez y Lukaku, novedad este segundo respecto al choque de Valdebebas de hace tres semanas y al que conoce bien desde que él jugaba en el Lens y el belga, en el Anderlecht.

A la espera de esta prueba, el francés se impuso hace días no mirar atrás, al menos públicamente: “Cuando ganamos, decimos que no podemos vivir del pasado. Así que cuando perdemos, tampoco”, despejó al preguntarle por la cicatriz que le había dejado su paso fatal por Mánchester. En todo caso, no negó la evidencia: “Sin Sergio no hemos estado bien, su carácter es muy bueno para el equipo. Pero es una cuestión de todos. Yo le hago mejor y él me hace mejor a mí”.

“Varane nunca ha ejercido de líder en el Madrid porque siempre ha tenido al lado a Ramos”, comenta Helguera, que vivió una situación parecida con Fernando Hierro

Iván Helguera fue central del Madrid durante ocho campañas (1999-2007) y en sus inicios también vivió bajo el ala de otro liderazgo muy expansivo, el de Fernando Hierro. “No me puedo comparar con Varane porque yo jugué más años tras irse Hierro y eso a él aún no le ha pasado con Ramos. Pero al principio tuve momentos en los que me sentía como él ahora. Aunque en aquel equipo estaba Raúl, Hierro tenía una personalidad muy fuerte. Era el que cortaba todo, hablaba con los árbitros, manejaba mucho poder. Yo era joven y lo que hice fue aprender”, recuerda. “La personalidad de Sergio es, incluso, mayor. Es un líder que no te deja acostumbrarte a ser un líder porque, además, nunca descansa. Varane no ha ejercido ese poder porque siempre ha tenido al lado a Ramos. Entonces, cuando este falta, no es fácil para nadie”, explica el cántabro.

Otras cualidades

”Y luego hay que valer para eso, te debe salir de dentro. No es sencillo. Él tiene otras cualidades y se complementa bien con Sergio. Sabe jugar estos partidos, ha ganado varias Champions y un Mundial. Es verdad que la estadística está ahí cuando falta Ramos, pero la única forma de gestionarlo es no pensar en ello. En mi época, por ejemplo, nunca ganábamos en A Coruña. Hasta que lo consiguieron y nunca dejaron de hacerlo”, advierte Helguera.

Un vistazo a la estadística confirma que, al margen de errores puntuales —nada menores por la importancia de los momentos—, el rendimiento de Varane no pega un estirón en ausencia de Ramos, como cabría esperar. Según los datos recogidos por la empresa Opta, en estas dos últimas temporadas, sus estadísticas en estos encuentros (ocho) no muestran nada extraordinario. Participa más (63,3 pases por partido frente a 56,1 con el sevillano al lado) obligado a asumir mayores responsabilidades en la salida de balón y, a partir de ahí, sus cifras dibujan una curva previsible: más actividad, más aciertos y más errores.

Crecen las entregas buenas (55,6 sin Ramos, 49,7 con él), las erróneas (7,6-6,4), recupera algo más (5,3-4,9) y pierde un mayor número de pelotas (8,5-7,2). Nada fuera de lo común. Afloja, eso sí, en la cantidad de duelos ganados, que desciende sin la compañía del cuatro (3,6-3,9). Y, sobre todo, se nota, y mucho, en los resultados del Madrid, cuyo porcentaje de victorias baja del 63% con Ramos a la mitad sin él. Una influencia que se multiplica en la Liga de Campeones: las tres derrotas en este periodo fueron en este torneo.

La cita de San Siro se le presenta a Varane como una ocasión para cerrar una herida doble: se estrena con el Madrid en el estadio donde no pudo disputar la final de la Champions de 2016 por una lesión y lo hace con la oportunidad de salir indemne sin Ramos por primera vez desde hace mucho tiempo en Europa. Como él ha reconocido en alguna ocasión, el talento es apenas una parte en la carrera de un futbolista, lo más importante está en la mente. En Milán no solo le tocará bregar con Lukaku, Lautaro Martínez, Perisic y compañía; además, tendrá que lidiar con sus fantasmas recientes. La continuidad de los blancos en la máxima competición también pasa por ahí.

Modric: “Nos falta un poco de todo”

Hace cuatro años, Zinedine Zidane empezó a aquilatar en San Siro su hoja de servicios como primer entrenador con la primera de las tres Champions consecutivas y en este estadio se juega una parte importante del futuro europeo esta temporada. “He acumulado experiencias en este tiempo, pero sigo siendo el mismo. Quiero continuar entrenando”, comentó este martes antes de iniciar la última sesión en Milán.

La situación del Madrid es comprometida por la clasificación del grupo (una derrota contra el Inter le dejaría en el precipicio) y por las ausencias: Benzema, Ramos, Militão, Jovic, Valverde y Odriozola no viajaron. Casemiro lo hizo in extremis sin apenas horas de entrenamiento con el grupo en las últimas dos semanas por la covid. El fútbol de los blancos en este inicio de curso tampoco da para grandes alegrías, irregular e inconstante incluso en un mismo partido. “Hay momentos en los que estás fuerte y otros que son más complicados. No solo nos pasa a nosotros, todos atraviesan por dificultades en esta temporada tan particular. No soy fatalista, esto es fútbol”, apuntó. Unos minutos antes, Modric reconoció que carecen de la solidez del año pasado. “Nos falta un poco de todo. Primero, que estemos todos bien, sin lesiones. También la regularidad que tuvimos tras el confinamiento. Y jugar sin público cuesta más. Pero mejoraremos”, señaló. El croata, que cumple contrato al final de esta campaña, aseguró que se siente “con fuerzas y piernas” para renovar. “¿Quién no quiere acabar su carrera aquí?”, se preguntó.

Él, como Zidane el pasado sábado, también denunció la densidad del calendario: “Nadie pregunta por la salud de los jugadores. Se están produciendo muchas lesiones en todos los equipos. Hay que pensar en eso y no solo en poner más partidos”, advirtió el centrocampista.


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