El RETAbet Bilbao Basket de la final de la ACB o de la Eurocup queda atrás en el tiempo. Aquellos hombres de negro llegaron muy lejos. El Botxo vivió una época dorada en la que se logró que el baloncesto se ganase un puesto de honor en la sociedad vizcaína. Son tiempos pasados que recuerdan con especial cariño protagonistas como Kostas Vasileiadis o Roger Grimau.
El griego sigue en activo en Obradoiro, mientras que el catalán continúa con su progresión como técnico en el banquillo del Barça B como asistente de Diego Ocampo. Ambos se han medido recientemente al Bilbao Basket, equipo en el que coincidieron en estos años del ‘glamour’, pero también, tristemente, de los excesos. Terminó por pasar factura. ‘Confinados sin basket’ reunió a ambos jugadores con sus experiencias y trayectoria como hombres de negro como vehículo conductor.
“Estuve tres años en Bilbao y vivimos de todo. Entramos en los playoffs como séptimos, ganamos al Valencia en primera ronda, después al Madrid, jugar contra el Barcelona la final fue impresionante… nadie lo podía creer, ni la afición, ni nosotros como equipo. No podíamos pensar llegar a una final. El año siguiente la Euroliga, hicimos una temporada impresionante. Y el tercer año la final de Eurocup que perdimos contra un equipo de muchos millones y talento”, recordó Vasileiadis.
“Mi último partido con el Barça fue en Miribilla y dije que me molaría jugar aquí. Entré en un vestuario donde habían hecho un temporadón increíble, con superbuenos jugadores, con Aaron Jackson, Álex… un equipazo. Fueron tres años maravillosos, el último no tanto en cuanto todo lo que pasó, pero sí en cuanto todo lo que la gente nos dio”, manifestó Grimau que, pese a los problemas económicos finales, reiteró que “lo pasamos muy bien”.
El griego también destacó lo bien que se adaptó a Bilbao y a la manera de vivir de sus ciudadanos. “Era todo. Estábamos jugando bien. El equipo, los jugadores en el vestuario, todo era perfecto. No hubo problemas el primer año. Después, la ciudad, la gente te ayudaba siempre. Haces amigos. Es una ciudad no muy grande, tienes de todo, estás a gusto, lo pasas bien. No necesitas más”, aportó el jugador del Obradoiro.
El catalán se queda con el modo de vivir de los bilbaínos y con la ciudad. Incluso con su clima. “Con 33 años coges la familia y vas para Bilbao y estoy encantadísimo de Bilbao. El clima también me gusta. Es una ciudad que tiene vida, yo también soy muy futbolero, se respira ambiente de Athletic por todos lados. Toda la gente con la que nos relacionamos nos trató muy bien. Nos adoptaron. Viví momentos muy buenos y muy malos, como el año de la huelga. Ese año fue cuando la gente demostró más que nunca que estaba con nosotros, ya no como deportistas, si no como personas”, agregó el ahora técnico culé.
Recibieron mucho apoyo y cariño y lo devolvieron sobre la cancha. También fuera de ella cuando vinieron mal dadas en forma de problemas económicos. “No podías dejar todo tirado porque no te pagaran. Quieres vivir de esto, pero quieres ayudar. Estábamos muy concentrados en nuestro objetivo. Dentro del vestuario no estábamos pensando mal y dejarlo”, zanjó Vasileiadis durante los impagos.
El griego afirmó que quiere “jugar dos años más”, mientras que Grimau se ve progresando en el apartado técnico.
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