Los obispos católicos romanos deberían debatir cómo puede la Iglesia acoger mejor a las personas LGBTQ+ y a los divorciados, además de reflexionar sobre cómo dar a las mujeres más poder de decisión y permitirles ser ordenadas diáconos, según un documento del Vaticano publicado este martes.
El documento de trabajo de 50 páginas para un sínodo global de los obispos, también propone que se discuta si se puede permitir que los hombres casados se conviertan en sacerdotes en áreas remotas, una posibilidad que el papa Francisco dejó en suspenso después de las conversaciones en una reunión similar en 2019, e incluso parece sugerir que la Iglesia debería ser comprensiva con quienes mantienen relaciones polígamas.
El sínodo se ha preparado durante dos años, durante los cuales se preguntó a los católicos de todo el mundo sobre su visión de la Iglesia. Una primera sesión se celebrará este mes de octubre y una segunda en octubre de 2024.
El documento, conocido por su título en latín Instrumentum Laboris, incluye sugerencias de reflexión y debate para los delegados derivadas de las consultas.
Una “pregunta para el discernimiento” del documento reza así: “¿Cómo podemos crear espacios en los que quienes se sienten heridos por la Iglesia y mal acogidos por la comunidad se sientan reconocidos, recibidos, libres de hacer preguntas y no juzgados?
“… ¿qué medidas concretas son necesarias para acoger a quienes se sienten excluidos de la Iglesia por su condición o sexualidad (por ejemplo, divorciados vueltos a casar, personas en matrimonios polígamos, personas LGBTQ+, etc.)?”.
La Iglesia enseña que la atracción hacia personas del mismo sexo no es pecado, pero los actos homosexuales sí lo son. Prohíbe la poligamia, pero la práctica se tolera discretamente en algunas partes de África para los conversos que ya tienen más de una esposa.
Una sección del documento está dedicada a las mujeres, un tema que se espera que sea de gran atención en la reunión de un mes en octubre tras la decisión de Francisco en abril de permitir votar a las delegadas en la asamblea por primera vez.
“¿Qué pasos concretos puede dar la Iglesia para renovar y reformar sus procedimientos, disposiciones institucionales y estructuras para permitir un mayor reconocimiento y participación de las mujeres, incluso en el gobierno, los procesos de toma de decisiones…?”, dice.
Según el documento, la mayoría de las respuestas locales pedían que se considerara la posibilidad de que las mujeres se convirtieran en diáconos.
Los diáconos, como los sacerdotes, son ministros ordenados y deben ser hombres en la Iglesia actual. No pueden celebrar misa, pero pueden predicar, bautizar, celebrar bodas y funerales y dirigir una parroquia con el permiso de un obispo.
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