Veredicto en caso George Floyd es un ‘paso gigante para la justicia en EU’: Biden | Discurso

Veredicto en caso George Floyd es un ‘paso gigante para la justicia en EU’: Biden | Discurso

El presidente estadounidense Joe Biden calificó el martes la condena del exoficial de policía de Minneapolis, Derek Chauvin, por asesinato en el episodio de arresto y muerte de George Floyd como un “paso adelante”, pero consideró que un veredicto de este tipo era “demasiado raro” en un país plagado de racismo sistémico.

“Este podría ser un paso gigante hacia la justicia en Estados Unidos“, declaró Biden durante un emotivo discurso pronunciado la tarde del martes en la Casa Blanca.

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Un jurado de 12 miembros encontró a Chauvin, de 45 años, culpable de homicidio en segundo grado, asesinato en tercer grado y homicidio culposo después de tres semanas de testimonios de 45 testigos, incluidos transeúntes, policías y expertos médicos.

Horas después del veredicto, Biden y la vicepresidenta, Kamala Harris, emitieron un mensaje a la nación, en el que destacaron la exigencia de justicia que se desató durante la primavera de 2020 durante marchas y protestas en todo el país.

Harris, de ascendencia afroamericana, reconoció que Estados Unidos tiene un largo historial de racismo sistémico contra estadounidenses negros “que han sido tratados a lo largo de nuestra historia como menos que humanos”. 

“Estos hombres negros son padres, hermanos, hijos, tíos y nietos. Son amigos, son vecinos, y sus vidas deben ser valoradas en nuestro sistema educativo, en nuestro sistema de salud, en nuestro sistema de vivienda, en nuestro sistema económico y en el sistema de justicia criminal en nuestra nación”, sostuvo.

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Posteriormente, Biden afirmó que la mayor parte de aquellos que portan una placa trabajan honorablemente en sus comunidades, pero unos cuantos que fallan, que no están a la altura de los estándares, deben ser llamados a rendir cuentas, “y hoy, uno de ellos lo fue”.

“Nadie debe estar por encima de la ley, y el veredicto de hoy envía ese mensaje. Pero no es suficiente no podemos detenernos aquí necesitamos lograr un cambio verdadero y una reforma”, sostuvo el mandatario. 

Joe Biden dijo que había hablado con la familia de Floyd, y que le había reiterado su compromiso de trabajar por una reforma policial de alcance nacional, y reprochó a los miembros del congreso porque ha pasado casi un año de su muerte y no han avanzado en una legislación que permita revertir los problemas sistémicos que padece la justicia en su país.

Hay mucho más que hacer, pero es el trabajo que hacemos todos los días el que logrará cambiar las políticas públicas, ese es el trabajo que tenemos que hacer para que un día exista una equidad completa para todos los estadounidenses.

“El veredicto de culpabilidad no trae de vuelta a George, pero a través del dolor de la familia están encontrando un sentido para que su legado continúe”, declaró Biden.

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Biden finalizó diciendo que “este es un momento de unión para este país, para unirnos como estadounidenses para que no haya un lugar para el odio. Lo he dicho muchas veces: el alma de esta nación ha sido un constante estira y afloje de más de 240 años, entre los ideales estadounidenses de que todos somos iguales, y la realidad dura del racismo que ha separado a estadounidenses por mucho tiempo”.

Lee aquí los discursos de Joe Biden y Kamala Harris

Discurso del presidente Joe Biden

El día de hoy, un jurado en Minnesota declaró al expolicía de Minneapolis, Dereck Chauvin, culpable de todos los cargos en el asesinato de George Floyd en mayo del año pasado. 

Fue un asesinato en plena luz del día qué quitó las vendas para que todo el mundo viera el racismo sistémico al que acaba de hacer referencia la vicepresidenta, y que representa una mancha para el alma de nuestra nación. 

Fue una rodilla en el cuello para la justicia de los afroestadounidenses, para el dolor y el cansancio que estadounidenses negros y morenos experimentan todos los días.

El asesinato de George Floyd inicio resultó en las protestas más grandes que hemos visto desde la era de la lucha por los derechos civiles de los sesentas, protestas que unificaron a personas de todas las razas y generaciones, con paz y con el propósito de decir que ya es suficiente, que es suficiente de estas muertes sin sentido. El veredicto de hoy es un paso en ese sentido. 

Acabo de hablar con el gobernador de Minnesota y me agradeció por el trabajo cercano con su equipo. También hablé con la familia de George Floyd otra vez, una gran familia con un valor extraordinario. Nada podrá traer de vuelta a su padre, a su hermano, pero esto puede ser un paso gigantesco hacia una mejor justicia en Estados Unidos.

También, seamos claros, este veredicto es muy raro. Para tantas personas podría resultar extraordinaria la combinación de tantos factores: una joven valiente que grabó con su teléfono celular; una multitud traumatizada; testigos impactados; un asesinato que duró casi 10 minutos en plena luz del día para que todo el mundo lo viera; oficiales de policía atestiguando en contra de otros compañeros, en lugar de cerrar filas, algo que debería de ser reconocido, y un jurado que escuchó la evidencia y llevó a cabo su responsabilidad ciudadana en medio de un momento extraordinario, de una presión extraordinaria.

Para tantos, se percibe que todo esto tuvo que suceder para que el sistema judicial emitiera una rendición de cuentas elemental.

Vimos lo traumatizante que el juicio fue para muchas personas. Piensen en qué tan traumático fue para ustedes que no estuvieron allí, y lo especialmente difícil que fue para los testigos tener que vivir ese día. Es un trauma que refleja el miedo de tantas personas que viven, ciudadanos, muchas personas, cada noche cuando se van a dormir y rezan por su seguridad y la de sus seres queridos.

La mayor parte de aquellos que portan una placa trabajan honorablemente en sus comunidades, pero unos cuantos que fallan, que no están a la altura de los estándares, deben ser llamados a rendir cuentas, y hoy, uno de ellos lo fue.

Nadie debe estar por encima de la ley, y el veredicto de hoy envía ese mensaje. Pero no es suficiente no podemos detenernos aquí necesitamos lograr un cambio verdadero y una reforma debemos hacer mucho más para reducir la posibilidad de que tragedias como ésta vuelvan a suceder para asegurarnos que las personas negras y morenas o quien sea, para que no tengan miedo a interactuar con la policía, que no tengan que despertarse sabiendo que pueden perder su vida en el trayecto de un día, que no tengan que preocuparse si sus hijos o sus hijas regresarán de vuelta a casa después de ir al supermercado, de caminar por la calle, de manejar su auto, de jugar en el parque o estar dormidos tranquilos en sus casas. Esto requiere que se reconozca el racismo sistémico y las disparidades raciales que han existido en nuestro sistema policial y nuestro sistema de justicia criminal.

Los gobiernos locales y estatales y las corporaciones policiales necesitan mejorar, pero también el Gobierno Federal es por eso que he nombrado a los dirigentes del departamento de justicia que están totalmente comprometidos con restaurar la confianza entre las fuerzas del orden y las comunidades a las que sirven y protegen.

Yo tengo total confianza en el fiscal general Garland, así como en las dos figuras claves para el departamento de justicia que he nominado: Kristen Clarke y Vanita Gupta, abogadas altamente reconocidas, que han pasado todas sus carreras peleando en contra de las inequidades raciales, y a favor de la justicia

Ellos tienen el conocimiento y las habilidades necesarias para lograr un avance en este tema prioritario para nuestra administración, para eliminar los comportamientos anticonstitucionales de nuestros policías y reformar nuestro sistema de justicia criminal.

Ellos merecen ser ratificados, pero también necesitamos que el congreso actúe. George Floyd murió hace casi un año y hay legislaciones, hay iniciativas de reforma importantes con su nombre, ya escucharon a la vicepresidenta, ella ayudó a crear la legislatura para combatir la conducta sistémica de los departamentos policiales, para recuperar la confianza en las corporaciones policiales, pero no debería de tomarles un año entero para lograr avanzar.

En mis conversaciones con la familia Floyd les aseguré que continuaremos luchando a favor de las reformas que llevan el nombre de George florida, para que yo pueda firmar esa ley lo más pronto posible. 

Hay mucho más que hacer, pero es el trabajo que hacemos todos los días el que logrará cambiar las políticas públicas, ese es el trabajo que tenemos que hacer para que un día exista una equidad completa para todos los estadounidenses.

El veredicto de culpabilidad no trae de vuelta a George, pero a través del dolor de la familia están encontrando un sentido para que su legado continúe.

También hablé con la hija menor de George Floyd, a quien conocí hace un año, y reconocí su valentía. Hoy recordé como, en el funeral de su padre, me tomó con su mano y me dijo que su papá nos estaba viendo desde el cielo con orgullo, y me dijo ‘mi papá cambió el mundo’ y le dije esta tarde que su papá se había cambiado el mundo, y que ese sea su legado un legado de paz y de justicia, de una expresión pacífica.

Pero las protestas violentas no lo son. Aquellos que pretenden explotar las emociones del momento, agitadores y extremistas que no tienen interés en la justicia social, que sólo quieren ejercer violencia y destruir propiedad privada, que quieren avivar las llamas de la división y el odio, que harán todo en su poder para detener el camino de progreso de esta nación.

No dejemos que ellos ganen, este es un momento de unión para este país, para unirnos como estadounidenses para que no haya un lugar para el odio. Lo he dicho muchas veces: el alma de esta nación ha sido un constante estira y afloje de más de 240 años, entre los ideales estadounidenses de que todos somos iguales, y la realidad dura del racismo que ha separado a estadounidenses por mucho tiempo.

Así que no debemos pensar que el trabajo ya está hecho, tenemos que actuar con la urgencia de esos 9 minutos en los que George no podía respirar. Esas fueron sus últimas palabras, no podemos dejar que esas palabras mueran, con él tenemos que seguir escuchando esas palabras y no dar la espalda. Tenemos una oportunidad para comenzar un cambio en este país, por ello rezo y tengo esperanza de que estemos a la altura de su legado. 

Dios los bendiga y Dios bendiga a la familia de George Floyd

Este puede ser un momento de cambio significativo.

Discurso de la vicepresidenta, Kamala Harris

Hoy respiramos un aliento de alivio, pero eso no nos quita el dolor. Una medida de justicia no es lo mismo que una justicia equitativa. Este veredicto es un paso en ese sentido, pero aún tenemos mucho trabajo por hacer, debemos reformar el sistema.

El verano pasado, junto con el senador Cory Booker y la congresista Karen Bass, yo presenté la iniciativa George Floyd para una reforma al sistema policial. Este proyecto llamaría a rendir cuentas a las corporaciones policiales, y ayudaría a crear confianza entre las policías y nuestras comunidades. Esta iniciativa es parte del legado de George Floyd. 

El presidente y yo continuamos exhortando al senado a que aprueben esta legislación, no como una panacea para todos los problemas problemas, pero como el comienzo a labor que llega con muchos años de retraso.

Estados Unidos tiene un largo historial de racismo sistémico en contra de estadounidenses negros, hombres negros, en particular, que han sido tratados a lo largo de nuestra historia como menos que humanos. 

Estos hombres negros son padres, hermanos, hijos, tíos y nietos. Son amigos, son vecinos, y sus vidas deben ser valoradas en nuestro sistema educativo, en nuestro sistema de salud, en nuestro sistema de vivienda, en nuestro sistema económico y en el sistema de justicia criminal en nuestra nación.

Gracias a los teléfonos inteligentes, Estados Unidos ha sido testigo de la forma en cómo han sido tratados los afroamericanos durante generaciones, la justicia la injusticia racial que hemos padecido por generaciones, en contra de la que mis padres protestaron en la década de los sesentas, y en contra de la que millones de nosotros estadounidenses, de todas las razas, protestamos el verano pasado.

Las injusticias raciales no son sólo un problema de los afroestadounidenses o, un problema sólo para las personas de color, es un problema para todos los estadounidenses nos nos aleja de cumplir nuestra promesa de libertad y justicia para todos, y que está rezagando a nuestra nación, impidiendo que nos demos cuenta de nuestro potencial completó.

Todos somos parte del legado de George Floyd, y ahora es nuestra obligación honrarlo y honrarlo a él.

 


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