Dicen que los grandes campeones son los que no se equivocan en los momentos clave. Max Verstappen y Red Bull son el ejemplo claro. Ferrari lo es, pero desde el punto de vista contrario. Es la lectura que queda después de lo ocurrido en Budapest. El neerlandés dio un recital este domingo y conquistó el triunfo en el Gran Premio de Hungría frente a Russell (2º) y Lewis Hamilton (3º). Ni un Ferrari pisó el podio. ¡Ni uno! Increíble, pero cierto. El actual campeón salía 10º y le metió un golpe mundial a Leclerc y a los italianos, el estacazo casi definitivo, directo al corazón, incluso haciendo un trompo.
RESULTADO Y CLASIFICACIÓN FINAL DEL GP DE HUNGRÍA DE F1 2022
Lo hizo de la manera que más duele. Ferrari llegaba a un circuito que era propicio para su coche. “El objetivo no es ganar, sino el doblete”, decía el jefe ferrarista, Mattia Binotto. Sainz fue 4º y Leclerc fue 6º. Los italianos volvieron a equivocarse en demasiadas cosas, otra vez. Se dispararon en el pie desde el muro con una estrategia que no se entendió y no rascaron nada. Tiraron otro pedacito de título. Este fue grande, muy grande. Uno más. Max, semana a semana, es más rey. Ya le ha pegado el asa a la copa de campeón. Tan solo le falta agarrarla. Quedan 9 carreras para el final del Mundial y Verstappen se dirige con fuerza hacia su segunda corona. La pregunta ya no es si Ferrari será capaz de remontar. Pasamos a otra distinta: ¿En qué carrera se coronará Verstappen?
La carrera parecía perfecta para Ferrari desde el inicio
Antes de la carrera, lo más probable parecía que los coches rojos conquistarían ese ansiado 1-2 para irse de vacaciones con la esperanza de poder obrar el milagro de la remontada. Y el objetivo de Verstappen debía ser el de minimizar riesgos. Pero ocurrió todo lo contrario. Fue otro desastre ferrarista.
Red Bull le volvió a dar un repaso mayúsculo a los italianos en estrategia y paradas en boxes. El título no lo gana el coche más rápido. Gana el mejor conjunto entre coche, piloto y equipo. Red Bull roza la perfección en casi todo y Ferrari aún debe mejorar en muchos aspectos. De nada le sirve tener un monoplaza campeón, que eso sí, debe mejorar su fiabilidad, si no ejecutan a la perfección sus planes y tienen grietas en muchos aspectos.
Hoy, una de las claves estuvo en las gomas. Ferrari no tuvo el ritmo de carrera esperado, ni mucho menos el que se vio el viernes, puesto que la lluvia del día anterior y el frío hicieron que las condiciones de pista fueran muy distintas. Eso dio alas a Red Bull. Y el resto lo puso Ferrari.
Verstappen, debido a que salía 10º, podía arriesgar más de inicio y empezar con la goma blanda. También arrancaba con ese compuesto Russell desde la primera plaza parta defenderse de Sainz (2º) y Leclerc (3º), que salían con la goma media.
En el arranque, las posiciones en cabeza se mantuvieron y Hamilton, con una gran salida desde la séptima posición, se colocaba quinto tras un Norris que no le duraría mucho delante. Mientras, Verstappen empezaba su remontada desde el medio de la parrilla. La carrera parecía perfecta para Ferrari. Carlos perseguía a Russell con una rueda que le permitía alargar su primera parada, y Charles estaba pegado al español con mismo compuesto. Entonces, Ferrari intentó un teatrillo en boxes anunciando una parada que no hicieron con Sainz. Pero Russell no picó.
Un cambio clave
Lo que no se entendió fue lo que llegó después: Russell paraba a boxes y Sainz lo hacía en ese mismo giro pese a llevar la goma media. ¡¿Por qué?! ¿Por qué? Habrá que preguntar por ello. Casualmente pasaba lo mismo que en Silverstone, donde Leclerc le perseguía y pedía por radio que le dejara pasar.
En Gran Bretaña, Ferrari paró antes al español para que el monegasco le superase y eso hizo ir a contrapié al madrileño, que tuvo que alargar más su segundo stint. Situación parecida. En Hungría, no se escucharon radios de Leclerc pidiendo que Carlos le dejara pasar, pero su situación en el Mundial, más cerca que Sainz de Verstappen, le dejaba en situación de prioridad en el equipo. Pasaron de hacer teatrillo para que Russell pasara, a pecar ellos al ponerse nerviosos ante la estrategia de George. Sainz paró antes y el pit stop volvió a ser lento. Así, Carlos no lograba ganar posición con Russell y perdía su ventaja de gomas.
Posteriormente, Leclerc alargó su goma media menos de lo esperado, 21 giros, saliendo a pista por delante de Sainz. Ferrari tenía lo que quería: al monegasco delante de Carlos. Y con el neumático medio fresco, Leclerc se las prometía felices superando a George Russell después de una magnífica y heroica defensa del británico en la que volvió a dejar claro que tiene muchísima madera de campeón.
Era la vuelta 31. Russell, con goma más vieja, no podía retener a Charles y Sainz también iba a por el inglés. Pero el verdadero rival por el triunfo no era el británico sino la bestia que venía por detrás: Verstappen, que ya era cuarto y rodaba justo detrás de Carlos Sainz con mejor ritmo que los ferraristas y una carta mejor en su haber: la goma media. Ferrari había usado sus dos gomas medias disponibles en los dos primeros stint, mientras que Max lo hizo en los dos últimos. Eso marcó la diferencia.
Ataque final de Verstappen
Verstappen lanzaba un ‘undercut’ sobre Carlos poniendo la goma media en la vuelta 39 y sabía que Sainz y Leclerc tenían que parar sí o sí de forma obligatoria para poner otro neumático distinto ya que ambos habían usado solo el medio en sus dos primeras paradas. A Leclerc le quedaba un duro y un blando y Ferrari le paró antes que a Sainz para ponerle el duro. A partir de ahí, Charles no tuvo opción.
En ese momento, Sainz era primero pero debía parar. Hamilton estaba tras él y también debía pasar por la calle de garajes. Mientras, Verstappen superaba a Leclerc en la tercera plaza aprovechando que Charles había puesto el duro, luchando por el liderato virtual porque ya habían parado. Leclerc se despedía entonces de sus opciones.
Empezaron a caer gotas de agua. Si empezaba a llover con fuerza o había un ‘Safety Car’, la carrera podía ser de Carlos Sainz. Dependía del cielo. Pero eso era demasiado pedir. Ferrari no había hecho méritos para ganarse el favor de las nubes.
Trompo de Verstappen
Las primeras gotas hacían que la pista resbalara mucho y Verstappen trompeaba. Leclerc volvía a pasarle y tuvo suerte Max de tener justo detrás a Pérez, que le hizo de escudo para que ese trompo no lo aprovechara Russell para pasar. Entonces, Verstappen volvió a la carga y superó de nuevo con facilidad a un Leclerc que con esa goma dura lo tenía todo perdido.
Sainz paró a falta de 22 giros para el final para poner el blando. Demasiado pronto. De nuevo, otra parada lentísima de 4″6 segundos, más de 2″ más lenta de lo que debería ser. Así es imposible hacer algo. Russell superaba a Leclerc y se ponía segundo, y Ferrari decidió recoger cable con Charles y volver a pararle para poner la goma blanda, relegándolo a la sexta plaza.
Hamilton, que había puesto goma blanda más tarde que los Ferrari, venía como un tiro y superó a Sainz sin dudarlo y posteriormente a Russell. El de Stevenage sería segundo y George pudo mantener un buen ritmo para mantener la tercera posición y dejar a Carlos en la cuarta plaza. Pérez fue 5º y Leclerc no pudo pasar de la sexta posición. Un desastre rojo en toda regla.
Fernando Alonso, 8º
Fernando Alonso empezó la carrera perdiendo un puesto en el arranque al verse perjudicado por encarar la primera curva por el interior, viéndose frenado por su compañero Ocon. Tras la primera parada, Alpine hacía una muy mala parada con Ocon y el francés salía justo delante de Alonso. No es entendió que desde el muro no le dijeran al galo, con goma más fría, que no dejara pasar a Alonso. Ello se convirtió en una incomprensible batalla entre compañeros en la que acabó pescando Ricciardo para ganar dos posiciones.
Suerte tuvo Alpine de que Ricciardo se hundiría al final al colocar la goma dura, ya que ahí el cuadro francés podía haber perdido puntos clave en la lucha por la cuarta posición del Mundial de Constructores. Alpine optó con sus dos pilotos por ser los únicos (excepto Bottas) en ir a una parada, con una goma dura final que tenía mal ritmo en unas condiciones de pista tan delicadas. Norris fue 7º pero Alonso fue 8º y Ocon, 9º. Salvaron el día.