Max Verstappen no podía ocultar su tristeza por la noticia que se confirmó en Austin. Justo antes de la clasificación, se comunicó el fallecimiento del dueño de Red Bull, Dietrich Mateschitz, que poseía el 49% de la marca de bebidas energéticas y era propietario del equipo Red Bull. Con esa noticia tenía que salir el piloto neerlandés a pista a jugarse la pole, que finalmente fue para Carlos Sainz. Por ello, al bajarse del coche, el bicampeón del mundo de F1 se refirió a la muerte de Dietrich con tristeza, dolido por no haberle podido dedicar la pole, pero esperanzado de poder honrarle este domingo con un triunfo y la consecución del Mundial de Constructores.
“Han sido noticias duras para todo el mundo. Lo que ha significado para Red Bull, para todo el deporte y para mí… todo lo que ha hecho por mí, por mi carrera y en general por mi vida… Ha sido muy duro”, expresó al bajarse de su monoplaza, con el que arrancará 2º tras Sainz este domingo en Austin.
“Sin él no estaría aquí y es increíblemente duro para todos. Por suerte, pude verle hace un par de semanas y pudimos pasar algo de tiempo juntos. Pero sigue siendo un día duro”, agregó en la rueda de prensa posterior.
“Sin él no estaría aquí y es increíblemente duro para todos. Por suerte, pude estar con él hace un par de semanas…”
“Hemos intentado darlo todo en clasificación, pero nos ha faltado un poquito. Todavía nos queda la carrera por delante y vamos a intentar que se enorgullezca mañana”, agregaba, sabedor de que pese a haber perdido la pole, su ritmo de carrera debería ser mucho mayor que el de Ferrari por su mejor gestión de las gomas, un punto clave que le ha permitido arrasar en esta segunda parte del curso.
“Nuestro coche en carrera suele ser un poco más fuerte en clasificación. En la ‘qualy’ ha sido cosa de pequeñas diferencias y si podemos entender el neumático un poco mejor, marcará la diferencia. Estamos ahí y espero una buena carrera”, finalizó. Max va a por su 13º victoria. Por Dietrich Mateschitz. Descanse en paz.