Tras el enorme dominio de Max Verstappen y Red Bull en el año 2022, donde se proclamó bicampeón de F1 a falta de 4 carreras y logró 15 triunfos de 22 posibles, con una superioridad aplastante en la segunda parte del campeonato, muchos piensan que 2022 fue el inicio de una nueva era de dominio del neerlandés. Dispone del coche ganador en el primer año de nueva normativa, un monoplaza que es más rápido en todo tipo de trazados y desgasta menos las ruedas que sus rivales. El resto de equipos deberán afinar sus armas o implementar algunas soluciones de Red Bull en sus coches y deberían llegar a 2023 con mayores incógnitas que los campeones. Pero para Max, nada de eso es así. El neerlandés concedió una entrevista al portal ‘Racingnews365.com’ en la que se mostró seguro de que la lucha por el título será mucho más igualada en 2023 y en los próximos cursos por el mantenimiento de esta normativa y el mucho margen de mejora que tienen sus oponentes.
“Los demás no son estúpidos. Y ciertamente, con estas reglas, que son un poco más restrictivas que el conjunto de reglas anterior, todos se están acercando. Todos los equipos ahora tienen una idea de qué camino tomar, así que sí, espero diferencias más pequeñas el año que viene, pero eso es bueno”, apuntó. Eso sí, no quiere decir que no crea que vaya a ganar en 2023: “Por supuesto que espero que todavía estemos por delante, pero eso no es tan obvio como este año”.
En ese sentido, Max Verstappen se refirió a la sanción que recibió Red Bull por superar el límite presupuestario de 2021 de forma leve. En concreto, a la parte deportiva, ya que verán reducido en un 10% su número de horas disponibles en túnel de viento y simulaciones CFD, horas que ya se veían reducidas por la primera posición lograda por Red Bull en el Mundial de Constructores. Max considera esta sanción como “un fuerte castigo”.
“Probablemente todos estén más motivados por esto. Personalmente, creo que es un castigo fuerte por lo que hemos hecho, pero sí, ¿qué podemos hacer al respecto? Sucedió y veremos el próximo año qué efecto realmente ha tenido en nosotros”, expresó.
Además, Max asegura que el hecho de que haya un techo presupuestario, le hace afrontar los fines de semana de forma distinta, sufriendo más que antes cada vez que destroza alguna parte de su coche.
“Hay que tener un poco más de cuidado que en años anteriores. Antes pensabas (en caso de accidente) ‘joder, ahí va un alerón delantero, pero pondremos uno nuevo’. Por supuesto, la gente en la fábrica todavía no está contenta con eso y me he disculpado muchas veces, pero no fue una limitación real, sin importar cuánto trabajo haya costado hacer una pieza tan nueva. Ahora, sin embargo, tenemos que ser más cuidadosos, por ejemplo en los entrenamientos libres, porque ya no es fácil decir ‘oh, pondremos un suelo nuevo debajo'”.