Max Verstappen conquistó este viernes la 16ª pole de su carrera deportiva, algo que esta temporada se traduce en triunfos. El piloto neerlandés logró la pole en Emilia Romagna y allí arrasó en el primer fin de semana de formato al sprint, ganando la carrera al sprint, liderando todas las vueltas el domingo, consiguiendo la vuelta rápida y el triunfo final. Grand Chelem y algo más para él. También salió desde la pole en Canadá y no perdonó. Y en Austria, en casa de Red Bull, logró su tercera pole del año con el mismo objetivo: aplastar. Esta vez, en la segunda cita con formato al sprint del curso.
El actual campeón del mundo tiene claro el plan a seguir este sábado: “Tenemos un gran coche generalmente y la ‘qualy’ no suele ser nuestro punto fuerte. Espero tener una primera curva limpia y poder abrir distancia. Confío en el coche que tenemos”. Verstappen irá a por ello sin dudas, consciente de que su coche está saliendo mejor que los Ferrari este año y que en carrera debería tener más ritmo. Y no solo eso, sabe que si los Ferrari le plantan batalla, la potencia de su DRS es superior al de los transalpinos.
Por si fuera poco, las gradas no cesan de ovacionarle. “El público supone un par de décimas para mí, seguro. Es increíble ver a tanta gente de naranja aquí, tanto apoyo durante tantos años. Me hace sonreír y espero que pueda ser un buen fin de semana”, apuntó Verstappen tras lograr la pole, destacando lo difícil que era no cometer ni un solo error en clasificación en una pista tan corta pero de curvas tan difíciles.
“Hemos tenido que esperar mucho entre ambas tandas y eso nunca es algo bueno cuando estás con el ritmo. También la temperatura de la pista ha bajado y ha cambiado el viento. Pero al final ha sido una clasificación muy apretada. Es una pista difícil de hacerla bien. No hay muchas curvas pero es fácil cometer un error en alguna de ellas. Estoy contento con la pole pero sé que mañana y el domingo es cuando se consiguen los puntos”.