Puede ser la suerte del campeón o quizás solo cuestión del destino. Sea como fuere, lo que pasó en el GP de Emilia Romagna fue digno de película de suspense, con final feliz para Max Verstappen en esta primera entrega de la trilogía que será este fin de semana la cita italiana que se disputa en Imola. Queda mucha tela que cortar. La segunda parte será mañana con la carrera al sprint, que ordenará la parrilla para el desenlace, la carrera del domingo. Pero de momento, Max golpeó primero conquistando la pole en una pista en la que Ferrari se las prometía muy felices.
Los coches italianos eran más rápidos en seco y en mojado por su mayor carga aerodinámica. Volaban, literalmente. Optaban a un doblete ante su gente, que ya vislumbraba el momento de saltar a la pista el domingo para llenar de banderas italianas y ferraristas la ceremonia del podio final. Pero Max se hizo grande en condiciones complicadas, estando en el momento adecuado y el sitio adecuado, a lo Lewis Hamilton, para aprovecharse de una bandera roja final de Norris que le entregó la pole ante Leclerc (2º), el piloto inglés de McLaren (3º), Magnussen (4º) y Fernando Alonso (5º).
Tras una bandera roja provocada por Magnussen, la cuarta hasta entonces en toda la ‘qualy’, Max y Charles se la jugaban a un solo intento. Parecía el final de clasificación deseado. Quedaban 2’58”. El tiempo justo para un disparo de cada uno. Dos de los favoritos, frente a frente en un nuevo duelo por la pole. El agua aparecía con más fuerza para esa pelea final. No faltaba ningún ingrediente para añadirle épica. En el mismo trazado en el que falleció Ayrton Senna (en 9 días se cumplen 28 años de su muerte), el destino parecía dejar la oportunidad a Charles y a Max, al que tantas veces han comparado con el brasileño, para rendir el mejor tributo a un piloto que cuando llovía mostraba una magia incomparable. Pero Norris, con un accidente a falta de 38 segundos, se cargó él solito esa esperada pelea.
Se fue contra el muro ocupando la tercera posición, desde la que saldrá este sábado en la carrera de clasificación. Le fue como anillo al dedo su propio incidente y le entregó la pole a Verstappen, dejando con las miel en los labios a Leclerc.
A Charles le perjudicó lo que el pasado año en Mónaco y Bakú le entregó la pole, en el Principado por un accidente suyo que luego le costó no salir a la carrera del domingo, y en Azerbaiyán por un incidente de Tsunoda que impidió que alguien pudiera superar su crono.
Vuelta de pillo de Max
En días como el de este viernes, la clave estaba en marcar un gran primer crono lo más rápido posible por si aumentaba la lluvia o si había alguna bandera roja. Verstappen lo hizo con mucha pillería e intuición. Se encontró una bandera amarilla en plena vuelta, levantó claramente el pie en ese pequeño sector, pero continuó empujando una vez pasada esa indicación. Otro, posiblemente hubiera abortado su crono. Max lo intentó consciente de que con la mejora de la pista podría ser rápido de todas formas. Y así fue. Luego llegó la bandera roja de Magnussen y la posterior de Norris. Leclerc no pudo arrebatarle la pole al campeón.
Sainz, error cuando luchaba por la pole
Antes, la clasificación había sido pura resistencia. Con lluvia intermitente, en un circuito como Imola, de la vieja escuela y que no deja espacio para los errores, se trataba de aguantar en pista. En ese contexto, Carlos Sainz quedó eliminado en Q2 al chocarse contra el muro por un error que no logró comprender, cuando era segundo. Saldrá 10º este sábado en la carrera al sprint y le tocó ver ese desenlace entre el actual campeón y su compañero desde el box.
Es el segundo error de pilotaje de Carlos consecutivo, después del que le hizo abandonar en Australia. Algo extrañísimo, inusual para un piloto que destaca por su constancia y nulos fallos. El español no se lo explicaba. Aseguraba que no estaba yendo al límite y pedía disculpar por haber perdido el control del coche. Pero no hay tiempo para los lamentos. El madrileño está enfocado en empezar su remontada en la carrera al sprint de este sábado.
Alonso, 5º
En las situaciones delicadas, cuando más se notan las manos y la experiencia, Fernando Alonso no suele desaprovechar la ocasión para destacar. Y menos, al volante de un Alpine con el que cree que podía haber luchado por la pole y el podio hace dos semanas. Esta vez, el ovetense fue 5º en la clasificación y saldrá a por todas en la carrera al sprint de este domingo con el objetivo de maximizar sus oportunidades. Con un nuevo suelo menos pesado, el español espera mejorar su rendimiento, aunque habrá que ver si el Alpine ha logrado mejorar la alta degradación que sufrió en este inicio de curso. Eso será clave de cara a sus opciones este fin de semana.
La cruz en Alpine fue Esteban Ocon, que finalizó 19º, al parecer, por un problema en su coche. Otros de los puntos negativos fueron los Mercedes, con Russell de nuevo por delante de Hamilton en la 11ª posición y el 7 veces campeón en la 13ª.