Un curtido en mil batallas como Nacho Monreal no necesita mucho tiempo de adaptación. Y eso que se ha pasado ocho temporadas en Londres capitaneando al Arsenal. Tres días de entrenamiento vestido de txuri urdin fueron suficientes para verle en escena en Tafalla, como titular y con galones, como si llevase una década vistiendo la blanquiazul y comandando la zaga. No comenzó con buen pie, en todo caso. Un resbalón permitió que Borja avanzase por su costado para sacar un centro medido que casi Aritz la metió para dentro. Fue el único despiste de un Nacho que tiene pinta que se va a hacer dueño y señor de la nueva banda izquierda de Anoeta. Con el permiso de Aihen, claro.
Antes de comenzar el encuentro ya se evidenció que el navarro, de personalidad, va sobrado. Alentó a los suyos, animó a un algo tristón Willian
José con un “vamos, Willy, dale duro” y formó una asociación desequilibrante con Barrenetxea. El donostiarra le dobla en años, pero el fútbol no entiende de edades y ambos se entendieron a las mil maravillas para ser el primer día. El de Iruñea comenzó a gustarse una vez que dio varios pases de seguridad hacía atrás, fue cogiendo confianza y llegó a desequilibrar por la izquierda dándole la tarde a un Ximo
Navarro que no supo por donde pegaba el viento. En defensa estuvo espléndido, pero también se animó en ataque con internadas que acabaron con buenos centros, pero ni Willian
José ni Portu fueron capaces de conectar los grandes envíos laterales del navarro.
Mandón, pero con criterio
Sin tiempo para apenas conocerse, Monreal no paró de dar instrucciones a Le
Normand y a Elustondo, sobre todo para colocar la línea defensiva y no romper el fuera de juego. Pero también dio ordenes de aita a Barrenetxea, que se mostró vertical y habilidoso a grito de Nacho con un “Barrene, atrévete sin miedo’. Y claro, el menor de edad le hizo caso al abuelo y se fue superior a sus defensores, aunque sin eficacia de cara a gol.
Monreal, en todo caso, se mostró infalible por alto, primero con Borja y luego con Joselu, que alcanza los 190 centímetros y va al choque como nadie. Imanol le dio apenas 45 minutos, puesto que en el descanso entró Aihen para no forzar la máquina, pero Monreal demostró que la Real ha fichado un defensa veterano, con galones y garantías por un módico precio de 250.000 euros. Una ganga, vamos. Es pronto para afirmar que el pamplonés va a triunfar en la Real, pero lo cierto es que Olabe ha puesto la guinda al pastel a un verano sobresaliente en los despachos.
Source link