“Me bajé el tapabocas para limpiarme y me lo volví a subir. Y me dijeron ‘pásate pa’ allá”. A Roberto Vargas los militares lo apartaron mientras hacía la compra en Caracas, Venezuela, por supuestamente incumplir con las normas de la cuarentena. Andar sin mascarilla por la calle o salir de casa cuando no está permitido son dos de las muchas razones por las que un efectivo de seguridad puede detener a cualquier venezolano durante el estado de excepción declarado por la pandemia del coronavirus. Lo curioso es que parece que no hay una multa establecida para ninguna de estas faltas, sino que queda a discreción de cada oficial determinar cuál será el método de castigo.Por eso algunos les obligan a hacer sentadillas, otros a sentarse un tiempo indeterminado bajo el sol o incluso a caminar en cuclillas. A veces deben repetir consignas como “no debo salir de casa”. En otros casos, algunas víctimas de este sistema improvisado han denunciado haber recibido golpes. Prácticamente en ninguna ocasión queda registro de lo ocurrido, ni siquiera cuando la sanción es la privación momentánea de la libertad.Ya en abril las ONG Acceso a la Justicia y Provea alertaron sobre el agravamiento de la situación de los derechos humanos tras la declaración del estado de alarma por el régimen de Nicolás Maduro. Pero el comportamiento no ha cambiado. Venezuela ha militarizado su respuesta a la pandemia y ha puesto en marcha un sistema que alarga constantemente en el tiempo, sin que tenga un final previsto.Según el conteo publicado por el Ministerio del Poder Popular para la Salud este martes, en el país hay 26.800 casos de coronavirus confirmados. El número de fallecidos asciende a 226, seis más que el lunes.Información sobre el coronavirus- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia- Así evoluciona la curva del coronavirus en España y en cada autonomía- Buscador: La nueva normalidad por municipios- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus- Guía de actuación ante la enfermedad
Source link