Una semana más antes de tomar una decisión definitiva. Pablo Casado, después de una reunión de más de siete horas con su equipo de dirección, ha accedido a trasladar la decisión sobre su propio futuro a la Junta Directiva Nacional del partido, que se reunirá la próxima semana. Ese órgano ampliado de dirección será el que confirme si la solución para la crisis pasa por la celebración de un congreso en el que se defina el futuro inmediato del PP.
¿De qué puede servir, entonces, la espera de esta semana? ¿A quién beneficia llevar la decisión a una Junta Directiva Nacional? ¿Es posible para Pablo Casado mantenerse como líder de su partido? Javier Casqueiro, cronista político de EL PAÍS, responde a estas preguntas después de una jornada en la que distintos barones del partido han insistido en la urgencia de tomar decisiones que atajen una crisis que, en palabras de la presidenta de la Comunidad de Madrid, les está desangrando. Al menos 11 de los 17 dirigentes territoriales del PP pedirán este miércoles en su reunión con la dirección del partido que se celebre un congreso extraordinario cuanto antes y que en él Pablo Casado sea sustituido como presidente. En el mismo sentido, la mayoría del consejo de dirección del grupo parlamentario popular, con la ausencia por el momento de la portavoz, Cuca Gamarra, ha emitido un comunicado reclamando la celebración de ese congreso ante la situación de “extrema gravedad” en la que está sumido el partido e instando a la dimisión inmediata del secretario general, Teodoro García Egea. Los barones consultados, sin embargo, sí están pensando ya en la fecha de ese congreso extraordinario y en cómo debería formarse la gestora transitoria que tendría que organizar neutralmente el evento, informa Javier Casqueiro.
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