El estallido de la guerra en Ucrania, provocada por la invasión del líder ruso, Vladimir Putin, ha tenido fuertes consecuencias económicas desde su estallido. Algunas esperadas, otras no tanto. Tanto la imposición de sanciones al Kremlin por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido, como la expulsión parcial de Rusia del sistema de pagos internacional SWIFT o el cierre del espacio aéreo a las aerolíneas del país, han sacudido la economía rusa, cuya moneda —el rublo— se ha hundido. Pero los efectos de estas medidas no solo se perciben en el mercado y la divisa local: tienen repercusión en el resto de economías y de monedas.
En el vídeo que acompaña esta noticia, Álvaro Sánchez, redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, estudia el impacto que está teniendo la guerra entre Rusia y Ucrania en el duelo entre el euro y el dólar, una cuestión de enorme importancia. La correlación actual de valor entre ambas divisas —casi una equivalencia de uno a uno— no se producía desde hace 15 meses. ¿Por qué está sucediendo esto ahora?
Para responder a esa pregunta, Sánchez analiza primero las características del dólar, cuyo atractivo en momentos de inestabilidad como el actual se asemeja más a valores como el oro o al de otras monedas, como el yen japonés o el franco suizo, que al del euro. El papel del Banco Central Europeo y sus tiempos de actuación también es clave para determinar las diferentes expectativas que se generan en torno a una y otra divisa. Esto tiene diferentes efectos tanto en las importaciones como en las exportaciones, con distintos beneficiarios en función de la materia. Algunos de ellos, como el aumento del precio del petróleo y el gas, ya han llegado al bolsillo de los ciudadanos.
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