En el día del fallecimiento de la leyenda y presidente de honor del Real Madrid, Amancio Amaro, Vinicius se disfrazó de El Brujo para completar su mejor encuentro con la camiseta blanca. El brasileño se siente en su casa en la Champions y silenció Anfield con una exhibición para el recuerdo.
Primero acudió al rescate de un Madrid grogui que estaba contra las cuerdas después de un arranque trepidante del Liverpool, que se puso 2-0 en un abrir y cerrar ojos. Darwin dio un puñetazo encima de la mesa en forma de taconazo y minutos después un regalo impropio de Courtois regaló el 2-0 a Salah y encendió la caja de los truenos en un Anfield que olió sangre (14′).
Pero en esas, cuando los de Ancelotti se tambaleaban sobre el verde y no se vislumbraba respuesta al vendaval red, pidió la vez Vinicius para dar vida a su equipo y cambiar el destino de la eliminatoria. Un derechazo inopinado potente y ajustado entre un bosque de piernas rojas abrió el camino de la salvación blanca.
El Liverpool no bajó el pie del acelerador y tuvo varios acercamientos de peligro pero en un acto de fe, Vinicius persiguió un balón imposible en control de Alisson, que se puso nervioso y su despeje rebotó en su compatriota y adentro para subir el 2-2 en un Anfield incrédulo ante el enésimo ejercicio de supervivencia en el alambre del Madrid.
A la salida de los vestuarios emergió el Madrid más pegador y con dos crochés al mentón dejaron al Liverpool totalmente desnortado y al equipo de Ancelotti con el escenario ideal. Vinicius forzó una falta peligrosa en el lateral del área red en su primera arranca y Militao y Modric tejieron una jugada de estrategia ante la pasividad de la zaga local para hacer el 2-3.
El tanto fue demasiado para el cuadro de Klopp, al que tampoco acompañó la suerte en el 2-4 de Benzema porque el disparo del francés rebotó en Joe Gomez. El central vivió una noche aciaga porque en la misma jugada rompió el fuera de juego de Rodrygo. Klopp no tuvo piedad y le cambió poco después.
La extraordinaria segunda parte del Madrid tuvo su culmen en una contra fulgurante dirigida por Modric y con Vinicius como enlace y asistente para el 2-5 de Karim Benzema. Nada de lo vivido por el equipo de Ancelotti, a un paso de los cuartos, hubiese sido posible sin Vinicius Junior, que demostró al mundo que es no hay ahora dos futbolistas más determinantes que él. En el día de Amancio, Vinicius fue el Brujo.