Rabat vio sonreír de nuevo a Vinicius en la semifinal del Mundial de Clubes que el Real Madrid terminó solventando este miércoles con una goleada (1-4) ante el combativo Al Ahly egipcio, que quizás no mereció tanto castigo.
El atacante brasileño se olvidó por un día de sus pesadillas en LaLiga Santander, donde está siendo de un tiempo a esta parte la ‘diana’ de muchos jugadores y aficiones rivales con patadas, provocaciones, cánticos racistas, etc…Este vez no se topó con ningún Maffeo o Raíllo en versión egipcia que tratara de desquiciarle.
Vinicius abrió el marcador ante el subcampeón de la Champions de África tras picar el balón por encima del portero para anotar el 1-0. Un golazo para la historia ya que, según datos de Opta, el brasileño se convirtió en el jugador más joven (22 años y 211 días) en marcar con el Real Madrid en esta competición, y superó el registro de Isco Alarcón en 2014 (22 años y 239 días).
El de Vini fue su gol número 50 con la camiseta merengue en 202 partidos: 31 tantos en LaLiga, 12 en la Champions, 5 en la Copa del Rey, uno en la Supercopa de España y otro en el Mundial de Clubes. Ya sólo la Supercopa de Europa se le resiste a nivel realizador.
El tanto anotado por Vinicius contra los egipcios también le coloca esta temporada como el máximo goleador del Real Madrid en todas las competiciones con 14 dianas, una más que Karim Benzema, aunque el delantero francés, que no está descartado para la final de este Mundial de Clubes contra el sorprendente Al Hilal saudí (verdugo del Flamengo en la otra ‘semi’), ha jugado mil minutos menos que el brasileño en la presente temporada debido a sus recurrentes lesiones.
La actitud de Vinicius contra el Al Ahly cambió desde el principio del choque y se vio otro Vini. Más calmado en sus protestas al colegiado, el uruguayo Andrés Matonte, incluso en los dos penaltis que le hicieron en la segunda parte. En el primero, el árbitro no lo quiso revisar en la pantalla del VAR y solo pitó el segundo a instancias de la sala del videoarbitraje y después de varios minutos de incertidumbre.
Vini estuvo sólo pendiente del balón en Rabat, algo que debería trasladar a LaLiga para que se calmen los ánimos de una vez por todas y se hable más de su fútbol que de sus encontronazos y protestas.