Si algo ha demostrado Vinicius Jr. en el Real Madrid es que el blanco no le pesa tanto como a otros. A sus 20 años casi recién cumplidos, el brasileño ha vuelto a coger el testigo del ataque madridista y, gracias a él (y a las paradas de Courtois), Zidane ha contado por victorias los dos últimos partidos.
Y se habla de volver a ser importante porque el brasileño ya ha pasado por este papel anteriormente. Para el recuerdo queda aquella época, con Solari, en la que fue el único que portaba la bandera de la esperanza en un madridismo desolado post-Cristiano.
Pasado el verano fue Hazard quien le quitó esa vitola y, con el paso de la pandemia ya en 2020, se difuminó un poco todo. Sin embargo ahora, con un calendario más cerca de lo normal y un Madrid que no termina de explotar con goles, Vinicius ha evitado las previsibles voces críticas que hubieran aflorado a tenor de los malos resultados.
Logros inéditos
Y es que ante el Levante, Vinicius consiguió hitos que hasta ahora no había logrado. Y precisamente lo hizo en su partido nº50 con el conjunto blanco. Primero fue sumar una racha. Después del de Valladolid, su gol ante el conjunto granota fue el segundo consecutivo, algo desconocido hasta ahora.
Pero, además, lo más curioso fue sin duda que fue el primer gol que firma lejos de Madrid. Hasta ahora solo sabía marcar en casa (Bernabéu o Di Stéfano) y La Cerámica fue el primer estadio que le vio marcar como visitante.
Ahora, con el parón internacional en el que no cogerá avión alguno, Vinicius tiene tiempo para descansar, mejorar y, sobre todo, mentalizarse de que, con Hazard fuera de juego y en un Madrid sin caras nuevas, quizás sea él el gran fichaje de esta temporada y quien tenga que dar un paso adelante para quedarse definitivamente.
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