Violencia en Sinaloa, liberan al “Chapito” y la actuación del gobernador | Columnas políticas 18/10/19

“El gobernador Quirino Ordaz ha hecho todo mal, antes, durante y después del ataque feroz del narco ayer en Culiacán, Sinaloa”, destaca Excélsior.

“Templo Mayor”, en Reforma:

“HABRÁ QUE guardar un minuto de silencio por el Estado mexicano que ayer se rindió ante el poderío del narcotráfico, al dejarse amedrentar para luego liberar al hijo de “El Chapo” Guzmán. EN MEDIO de las balaceras de ayer en Culiacán, uno de los asuntos que más incertidumbre causó fue la ausencia de las autoridades federales, estatales y municipales. Con excepción de los efectivos militares que se enfrentaron cara a cara a los narcotraficantes, ni el Presidente, ni el gobernador, ni el alcalde les dieron la cara a los culiacanenses. PESE a que ya habían pasado varias horas de terror, Andrés Manuel López Obrador se apresuró a subirse a un avión para ir a Oaxaca y no quiso -o no supo- decir ni pío sobre la crisis. El priista Quirino Ordaz también desapareció y sólo asomó la cabeza en Twitter hacia la noche”.

“Bajo Reserva”, en El Universal:

AMLO, no hay felicidad completa

“Pues no, parece que no, que la violencia no llegó a su punto de inflexión. Ayer, por tercer día en esta semana, hubo un acto de violencia con la intensidad casi de una guerra, y el día que pintaba perfecto para el presidente Andrés Manuel López Obrador, terminó por desdibujarle la sonrisa. Por la mañana, el mandatario inauguró los trabajos de uno de sus proyectos prioritarios, el Aeropuerto Internacional “General Felipe Ángeles”, en Santa Lucía. El Presidente lucía radiante, y no era para menos, pues tuvo que dar una dura batalla en tribunales contra sus adversarios políticos, para que ayer los trascabos pudieran iniciar la obra, su obra. Pero poco tiempo duró la felicidad. Hacia la tarde tuvo que mandar reunir al gabinete de seguridad para enfrentar la crisis que se vivió cuando una patrulla de militares y guardias nacionales se toparon y detuvieron en Culiacán a Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo Guzmán, y se desató el pánico luego de que grupos paramilitares, incluso con vehículos de ataque blindados, buscaban rescatarlo. Y después vino la peor noticia: liberaron a Guzmán, pues fueron superados por los criminales. Para el final de la jornada el presidente quizá ya no tenía la sonrisa de la mañana”.

“La Feria” de Salvador Camarena en “El Financiero”:

“Masacres es un término que quizá pueda ayudarnos a no ver el paisaje lleno de cadáveres como algo natural, como algo inevitable. En México ocurren masacres cada semana. Masacres en contra de ciudadanos de a pie y matanzas donde elementos de las fuerzas del Estado o donde presuntos criminales son masacrados. Cada semana y en más de una ocasión a la semana hay cuatro o más muertos en similar tiempo y circunstancia. Una rápida revisión en Google arroja que, de agosto a la fecha, tenemos masacres a todo lo largo y ancho del país. Tenemos mucho más que sólo los terribles casos de Aguililla, en Michoacán, o Tepochica, en Guerrero, donde más de una docena de policías y presuntos delincuentes, respectivamente, murieron acribillados en los últimos día”.

“Frentes Políticos” en Excélsior:

“El gobernador Quirino Ordaz ha hecho todo mal, antes, durante y después del ataque feroz del narco ayer en Culiacán, Sinaloa. Mucho más coordinados que el gobierno estatal, el Cártel del Pacífico dio un manotazo en la mesa mientras Ordaz se escondía detrás de las redes sociales, desde donde dijo a la población que se pusieran a salvo, como él. Y después, que ya podían sentirse tranquilos, pues iba hacia la capital del estado el Gabinete de Seguridad. La supuesta detención y liberación de Ovidio Guzmán, envuelta en un halo de silencio que comienza con el gobernador, fue lo que detonó la violencia. Vergüenza le debería dar la posición que juega al frente de una entidad en la que no manda. La vida se detiene en Culiacán y en todo Sinaloa por la inoperatividad de su mandatario, quien gobierna agazapado”.

“Trascendió Nacional” en Milenio:

“Lo que parecía ser la primera gran estrellita de la Guardia Nacional se perfila ahora para constituir un fiasco del tamaño de la fuga de Joaquín Guzmán Loera del penal del Altiplano, sobre todo porque el silencio oficial posterior a la captura y liberación de Ovidio Guzmán López, hijo del capo preso en Estados Unidos, y la confusión generada por el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, con su videomensaje, contrastaron con el tamaño de los disturbios que provocó el cártel de Sinaloa. La especie de la liberación debió ser confirmada por José Luis González, abogado de la familia del Chapo, en entrevista con Azucena Uresti en MILENIO Televisión”.




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