Visitar los ex centros clandestinos de la dictadura argentina desde casa

Visitar los ex centros clandestinos de la dictadura argentina desde casa


Dependencias policiales y militares, pero también escuelas, fábricas y garajes, entre otros, fueron convertidos en centros clandestinos de detención, torturas y exterminio de personas durante la última dictadura argentina (1976-1983). Con el regreso de la democracia, algunos se transformaron en espacios de memoria y permiten que sus visitantes recuerden los crímenes perpetrados allí por el terrorismo de Estado; otros fueron señalizados con alguna placa conmemorativa, pero no es fácil recorrerlos porque siguen en edificios vinculados a alguna fuerza de seguridad. Ahora podrá accederse a ellos de forma virtual a través de Google Maps. Una quincena han sido señalizados como sitios de interés en la plataforma cartográfica de la compañía junto a imágenes de los lugares e información de los horrores que albergaron en esos años.

“Esta colaboración marca un hito porque nos va a permitir que más gente pueda conocer los Sitios y Espacios de Memoria de nuestro país, y el trabajo de construcción de la memoria y de promoción de derechos que llevamos adelante”, señaló el secretario de Derechos Humanos de Argentina, Horacio Pietragalla Corti, al presentar el proyecto. “Estamos muy orgullosos de ser el primer país en implementar esta nueva categoría, honrando la tradición de Argentina como referente en materia de derechos humanos a nivel mundial”, agregó.

El más emblemático es a la vez el que contiene la historia más terrible: la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA). Por ese lugar, situado frente a una de las grandes avenidas de Buenos Aires, pasaron cerca de 5.000 secuestrados y sólo un puñado sobrevivió. Allí fue visto por última vez el cuerpo del periodista y escritor Rodolfo Walsh, asesinado en la calle un día después de haber enviado una carta abierta a la Junta Militar.

“Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror. Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional”, advertía Walsh sobre los centros clandestinos de detención un año después del golpe militar del 24 de marzo de 1976. La carta de Walsh puede leerse en la instalación realizada en su homenaje en el predio de la ex ESMA.

805 sitios de memoria

El Estado argentino tiene enumerados 805 sitios de memoria, de los que hay señalizados más de 200. El objetivo es que todos sean accesibles a través de Google Maps, cuenta Lorena Battistiol, directora nacional de sitios y espacios de memoria de la Secretaría de Derechos Humanos. Detalla que para la primera selección se tuvo en cuenta que los lugares elegidos mostrasen las diferentes fuerzas de seguridad que fueron partícipes del terrorismo de Estado y, a su vez, dejar claro que el plan sistemático de la dictadura para secuestrar y desaparecer personas no se limitó a un par de provincias sino que se llevó a cabo en todo el país.

Uno de los sitios de memoria señalizados en el mapa es la Escuelita de Famaillá, en Tucumán. Fue el primer centro clandestino de detención, en 1975, antes incluso de la dictadura. En esa provincia del norte de Argentina se implementó el Operativo Independencia, con el que se inauguró el terrorismo de Estado que, una vez derrocado el gobierno de Isabel Perón, se extendió al resto del territorio. Cerca de mil personas estuvieron secuestradas y fueron torturadas en la Escuelita de Famaillá entre 1975 y 1976. En un intento por borrar las huellas, en 1977 el lugar abrió sus puertas a estudiantes de primaria. Funcionó como escuela durante más de tres décadas, hasta que los organismos de derechos humanos lograron cerrarla y se convirtiese en espacio de memoria.

Entre los ex centros clandestinos de detención visibles en el mapa están también el sitio de memoria Fábrica Ford, el de Campo de Mayo, el Batallón de Inteligencia 601 y el Olimpo. La información de cada lugar es exclusiva de la Secretaría de Derechos Humanos pero las personas podrán escribir reseñas, agregar fotos o sumar su testimonio sobre lo ocurrido y participar así de la construcción digital y colectiva de la memoria.


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