Europa tuvo que hacer frente el año pasado a su mayor hundimiento económico desde la Segunda Guerra Mundial a la vez que se vio obligada a sacar todo su arsenal fiscal para combatir la crisis sanitaria. Esa doble dinámica truncó la senda que seguía la zona euro para reducir su deuda pública, que iba a pasar del 84% del PIB de 2019 al 76% en 2024, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). El director de Asuntos Fiscales de la institución, Vítor Gaspar (Lisboa, 60 años), sostiene que las previsiones ahora pasan por que este año se sitúe en el 100% del PIB.
Tras las cicatrices de la crisis financiera, llegan las de la pandemia. “España reaccionó a la crisis sanitaria con una política fiscal muy fuerte, muy en línea a lo que se puede ver en Europa”, afirma Gaspar por videoconferencia. El impacto de la crisis en la economía española, sin embargo, fue mayor: “Tiene que ver con algunas características estructurales de la economía española, en concreto, de la importancia del sector turístico”.
El FMI observa que el gasto sigue siendo más alto, aunque va aterrizando lentamente. Al mismo tiempo, los ingresos ya se ha proyectado que serán “ligeramente más altos” que antes del estallido de la covid-19. La institución que dirige Kristalina Georgieva, en línea con las previsiones del Gobierno de Pedro Sánchez, prevé que el déficit público de España baje del 11% al 8,6% este año y al 5% el que viene. En cambio, augura que hasta 2026 permanecerá por encima del 4% del PIB. La deuda, por su parte, crecerá este año hasta el 120,2% del PIB para bajar hasta el 116,4% en 2022.
El mensaje del FMI es claro: los países deben gastar para combatir la crisis sanitaria y paliar sus consecuencias, pero también deben ir pensando en el momento en el día después. “En el Fiscal Monitor mostramos que los países que se benefician de un marco fiscal creíble a medio plazo son capaces de acceder a los mercados financieros en mejores condiciones, tanto en términos de coste como de habilidad para lograr fondos adicionales si es necesario”, apunta en conversación con EL PAÍS.
La organización multilateral, en cambio, no es tan clara sobre cuándo debe empezarse a efectuar la retirada de los estímulos económicos que han lanzado a la economía. La Unión Europea ha dado un año más de tiempo a sus socios antes de regresar a las reglas fiscales. Gaspar dice que el FMI sigue “muy de cerca” el calendario que viene en Europa: deberá decidir sobre cuándo pone en marcha de nuevo las reglas, cómo hace la transición y cómo las reforma.
El organismo tiene su propia opinión sobre la dirección hacia la que debe encaminarse la reforma. “Sostenibilidad” y “estabilización” son dos elementos. Conocedor de las reglas derivadas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento por su pasado como ministro de Finanzas de Portugal, Gaspar añade un tercer elemento: “Simplicidad”. “Es necesario para su comunicación pública y para su efectividad en el contexto político”.
El economista portugués defiende el sacrosanto tope del 3% del PIB que las reglas fiscales europeas fijan como tope para el déficit de los Estados miembro. “El límite del 3% en los déficits fiscales es una regla en Europa que ha dado un punto focal para la conducta de las políticas presupuestarias en muchos países. Así que ese es uno de los aspectos que debería ser valorado y preservado”. Más compleja resulta la norma de la deuda: varios países, entre ellos España, saldrán de esta crisis con elevadísimos niveles de pasivos. “Anteriores ediciones del Fiscal Monitor sugieren que el 3% opera como foco que actúa como tractor para las políticas fiscales en Europa, peor no tenemos esa evidencia para el techo de deuda del 60%”, admite el responsable del área fiscal del Fondo.
Bruselas prevé abrir el debate este otoño. La propuesta, de hecho, llegará en las próximas semanas. La Comisión decidió dejar la espinosa discusión para cuando la economía empezara a remontar y, a tenor de los números del propio FMI, eso está ya sucediendo. A medio plazo, dice Gaspar, la eurozona recuperará incluso la senda de crecimiento que tenía antes de la depresión. Y, para ello, una de las recetas clave es la vacuna: “Ahí, España es uno de los países estrella, juntamente con su vecina Portugal”, concluye.
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