Viven refugios para mujeres doble crisis en pandemia

A pesar de ser considerados servicios esenciales y de que durante el confinamiento se incrementa la violencia familiar, los refugios para mujeres carecen de un presupuesto determinado para operar, cada año deben luchar por obtener recursos.

En un estado de doble emergencia, por el coronavirus y por la violencia familiar, la asignación de recursos para los refugios de mujeres, que usualmente toma 30 días hábiles, debería acortarse y garantizar su operación.

Organismos nacionales e internacionales han alertado que durante el periodo de aislamiento se incrementa la violencia en contra de las mujeres y los refugios se convierten en una opción de vida para muchas de ellas.

“Es inaudito que México sea uno de los pocos países que ponen a concurso el presupuesto para salvar vidas”, expresa Wendy Figueroa, feminista y directora de la Red Nacional de Refugios.

En otros países, explica, el presupuesto para los refugios es fijo, como parte de una política de estado; en cambio, en México, deben luchar cada año por obtener recursos, concursar por los derechos de las mujeres.

“Los derechos no se consultan, no se negocian, se ejercen; ojalá que en algún momento haya una política de estado que subsane todos esos procesos burocráticos y tiempos de Hacienda, que no tendrían que existir y menos en el estado de doble contingencia que hay ahora”, dice.

Apenas el 7 de abril, se publicaron en el Diario Oficial de la Federación los Lineamientos para la distribución y operación de los recursos que están etiquetados en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2020, para el Programa de Apoyo para Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, sus Hijas e Hijos, que este año asciende a 405 millones de pesos.

Y, el 8 de abril, se abrió el periodo para la presentación de proyectos, pero las organizaciones criticaron los tiempos del proceso, pues algunos requisitos son difíciles de cumplir por la contingencia y, de ser seleccionados, los fondos tardan 30 días hábiles en llegar.

En un comunicado, varias organizaciones señalaron que la tardanza vulnera la operatividad de los refugios y, por lo tanto, los servicios de protección especializados para mujeres y en su caso, sus hijas e hijos, por lo que exhortaron al Estado a establecer un mecanismo presupuestario, de evaluación y seguimiento que les garantice recursos de manera permanente, de tal forma que puedan trabajar todo el año sin ningún tipo de carencia.

Algunos refugios ya presentaron su solicitud, dice Figueroa, esto demuestra el compromiso y la urgencia. Presentaron sus proyectos a la brevedad posible, de hecho, muchos ya tenían avanzado su proyecto antes de la convocatoria.

Pero el proceso es apenas el inicio de muchos pasos, más allá de los requisitos que les piden, el tema aquí son los tiempos.

“Hacienda tiene sus propios tiempos administrativos y lo dicen los lineamientos de entrega de los recursos, no más allá de 30 días hábiles después de la firma del convenio con cada refugio”, señala. “Esto es grave”.

Después de la entrega de la documentación, se evalúan los proyectos y se realizan ajustes.

“Pensemos que el primer refugio va a firmar convenio el 15 de abril, el recurso estaría llegando prácticamente a mediados de mayo”, expresa Figueroa.

Incluso, si el periodo de contingencia se amplía a mayo, los refugios estarían cubriendo toda la contingencia sin presupuesto.

“De ahí que estamos solicitando que estos procesos se disminuyan al 50 por ciento, para que los refugios puedan tener el recurso para garantizar su operación”.

Si bien es un proceso establecido, las condiciones por las que atraviesa el país este año son muy diferentes, por el Covid-19 las necesidades se han incrementado y muchos de los apoyos con que cuentan normalmente no los tienen ahora.

“La situación es muy compleja, por eso exhortamos que el estado Mexicano cree mecanismos presupuestarios; obviamente, con rendición de cuentas y transparencias para que los refugios del país tengan recursos multianuales, y no estemos cada año batallando con esta situación”.

En cuanto al número de refugios, señala Figueroa que el último dato oficial es de 2011, cuando se contabilizaban 72 espacios en la República.

En la CDMX, dice, existen cuatro refugios que siguen el protocolo del modelo oficial Inmujeres, tres de sociedad civil y uno de gobierno.

Mientras que la red nacional cuenta con dos refugios de sociedad civil, dos casas de emergencia y una casa de transición; en total, cinco espacios de protección.

En México, los refugios dan apoyo a más de 25 mil mujeres, niños y niñas al año, pero con la pandemia esperan que la cifra se dispare.

Tan solo en las últimas semanas, se han visto ocupados de un 80 a un 110 por ciento de su capacidad.

Incluso, organismos como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) alertó que la violencia de género en contra de las mujeres podría dispararse en medio de la cuarentena impuesta para prevenir la propagación del coronavirus Covid-19, lo que también podría derivar en un repunte de feminicidios.

Al declararse la emergencia sanitaria, se catalogó a los refugios como “servicios esenciales”, al igual que las instituciones de seguridad, entre ellas los Centros de Justicia para las Mujeres (CEJUM)

La CNDH también exhortó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a liberar los recursos financieros para garantizar el funcionamiento de los refugios.

Otra petición de las organizaciones es que los CEJUM operen en horarios regulares y que proporcionen todos los servicios interinstitucionales y especializados de atención con perspectiva de género, incluyendo los albergues temporales.

Hasta hoy, los refugios continúan operando con sus reservas de dinero y a través de donativos, en momentos en los que, de acuerdo con la Red Nacional de Refugios, los 29 refugios y 9 casas de emergencia y de tránsito con los que cuenta se encuentran llenos.

En cuarentena

Si bien una de las acciones fundamentales para detener el contagio del coronavirus es quedarse en casa, para muchas mujeres el aislamiento representa otro riesgo más, la violencia dentro del hogar.

“México es un país que naturaliza las violencias, que las justifica”, dice Figueroa.

Es necesario informar a las mujeres sobre qué hacer si se encuentran en un espacio donde están siendo víctimas de cualquier tipo de violencia.

“El hecho de estar en aislamiento no significa quedarte en un espacio donde tu vida y la seguridad de tus hijos e hijas está en riesgo”, expresa Figueroa.

En algunos casos, el confinamiento incrementa el tiempo de convivencia con una persona agresora, lo que también pone en riesgo a la población infantil, cuando hay hijos.

“Si reconocemos que el 80 por ciento de las familias utiliza como método de disciplina la violencia y el abuso, esto es un caldo de cultivo para que se incrementen esas situaciones”, señala la directora de la Red Nacional de Refugios.

A nivel nacional, en las últimas tres semanas, la red ha reportado un incremento de ingresos a refugios y de consultas para orientación o denuncias a través de llamadas telefónicas, redes sociales o correo electrónico.

“En menos de tres semanas, hemos tenido que hacer siete referencias de casa a nivel nacional, rescatando familias, en aquellos lugares, en aquellos estados, donde ya no hay cupo en los refugios”, dice Figueroa.

“Ha habido un incremento importante también en las llamadas, no solo de auxilio, sino de orientación, eso también es muy importante para prevenir situaciones de riesgo y, a nivel nacional, las llamadas que han tenido los refugios en general oscila entre un 25 y 30 por ciento más; los refugios integrantes de la red también ofrecen atención vía telefónica y atención externa, que seguimos operando al 100 por ciento”.

Por ahora, los centros de atención externa transitaron a una modalidad vía telefónica y redes sociales por la contingencia y el Quédate en casa.

En la cuarentena, explica, se desata una situación de mayor tensión, porque se suma lo preocupante del momento y la tensión económica.

Además, las mujeres están en un espacio complejo, porque socialmente se les designan las labores domésticas y de cuidado de los hijos y las hijas.

“Estos mandatos sociales que también están dados, en este caso por el presidente de la República, al decir que las mujeres somos las que vamos a cuidar a los otros, porque los hombres son más desapegados; estos roles estereotipados, justamente son la antesala de las violencias contra las mujeres”, explica.

“Estas situaciones van haciendo un caldo de cultivo para que aquellas situaciones que no sabemos manejar sean a través de agresiones insultos y muchas veces violencias extremas contra las mujeres, esto no solo es por la contingencia”.

La red comenzó desde hace cuatro semanas la campaña No estás sola, por lo que muchas mujeres lograron identificar una situación de riesgo y pidieron orientación.

“Nos contactaban y nos decían: ‘ya me está diciendo que si él tiene que venir a casa a trabajar, yo tengo que callar a los niños, cuidarlos, que no hagan ruido, y nuestra casa es superchiquita’; ‘ya me habló y me dijo que habíamos parado el día 9, pero que ahora nos vamos a chingar, a cuidar a los hijos y a hacer lo que nos toca’.

“Son frases con las que identificas las desigualdades y los roles estereotipados”, expresa Figueroa.

Enemigo en casa

Desde el comienzo de la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus, organismos como ONU Mujeres, Comisión Nacional de Derechos Humanos, Amnistía Internacional, Equis Justicia para las Mujeres y la Red Nacional de Refugios advirtieron a las autoridades sobre la vulnerabilidad en la que el aislamiento coloca a las mujeres.

Los organismos advirtieron que el aislamiento forzoso incrementa el riesgo de violencia, e instaron a fortalecer todos los servicios de prevención y atención, incluyendo la pronta dotación de recursos a los refugios, albergues y casas de tránsito; así como mantener los horarios de Centros de Justicia para las Mujeres en todo el país, y garantizar la operación del sistema de justicia.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) señaló incluso que podría derivar en un repunte de feminicidios. Tan sólo en el primer bimestre de 2020, antes de la contingencia, ya se han registrado en el país 164 feminicidios, un 36 por ciento más comparado con el mismo periodo del año pasado.

“Recordemos que el 40 por ciento de los feminicidios pudo haberse prevenido, porque las mujeres fueron previamente a denunciar”, señala Figueroa.

Uno de los obstáculos en México es que no hay seguimiento a las denuncias o llamadas de auxilio.

“Actualmente, tengo algunos estados con el 110 por ciento de su capacidad, que se están implementando nuevas estrategias como las casas de emergencia, a las cuales desde hace muchos años el gobierno no ha querido financiar, pero que son parte fundamental del modelo, por lo menos, en la red Nacional de Refugios”.

Señala que también ha habido un incremento importante en las llamadas, no solamente de auxilio, sino de orientación.

Procuran dar seguimiento a las llamadas y mensajes, sobre todo cuando la mujer advierte que está en situación de riesgo.

“La referimos a un espacio cercano a ella; estamos en constante monitoreo, siempre asegurándonos de su seguridad, cuando hay una situación de crisis, la estamos acompañando para ver cómo va”.

Aunque se anunció que durante la contingencia los CEJUM estarían operando normalmente, se han topado con que no siempre es así.

“Nos han tocado casos que nos llaman, las referimos a un centro de justicia y nos dicen que no está la persona de guardia que puede tomar la denuncia o dar orientación, y esto pone en riesgo a las mujeres”.

Las agrupaciones piden que se garanticen todos los sistemas de orientación y de protección a las mujeres, pero además que se diversifiquen. Que la información llegue a todos los sectores.

Las autoridades dan información científica sobre el Covid-19, dice Figueroa, pero se está omitiendo una pandemia existente en México desde hace años.

“La violencia contra las mujeres, que está arrebatando vidas y que no se ha detenido ante la contingencia del Covid”, concluye.




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