NUEVA YORK — Rivalidad con Rusia. Lucha de poder. Riesgo nuclear. Para muchas generaciones de estadounidenses, es como en los viejos tiempos.
La invasión a Ucrania ha devuelto rápidamente ecos a Estados Unidos de una mentalidad de Guerra Fría, con un enemigo ya conocido.
Los bares han derramado su vodka ruso. McDonald’s —un símbolo del fin de la Unión Soviética cuando abrió por primera vez en Moscú— cerró sus locales en Rusia.
LA GUERRA FRÍA DIVIDIÓ AL MUNDO ENTRE DOS SUPERPOTENCIAS, ESTADOS Y LA UNIÓN SOVIÉTICA
Una vez más, un mandatario estadounidense ve una batalla campal ideológica. “Salvaremos la democracia”, dijo el presidente Joe Biden en su informe anual.
Para un Estados Unidos donde Rusia nunca pasó de moda como el villano perenne de las películas, las tensiones revividas con el Kremlin surgen de un guión geopolítico muy desgastado. Vuelve a soplar un viento frío ya conocido.
“Es en gran medida un eco de la Guerra Fría”, dice James Hershberg, profesor de historia y asuntos internacionales en la Universidad de Georgetown. Aunque el académico también ve diferencias.
Hershberg opina que las agresiones del presidente ruso Vladimir Putin no parecen impulsadas por la ideología como lo fue el comunismo para la Unión Soviética.
Un panorama mediático transformado también ha ayudado a convertir al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy en un protagonista mundial.
Pero en una crisis que enfrenta a dos superpotencias nucleares, la historia se repite de otras maneras. Una extralimitación estratégica rusa, dice Hershberg, está provocando nuevamente un momento potencialmente peligroso en el orden internacional.
Muchos ya huyeron en los trenes pero otros han decidido quedarse en el subterráneo pagando el precio de la incertidumbre de no saber hasta cuándo estar escondidos y si tendrán los víveres para una larga estadía.
“Estamos en una segunda crisis de los misiles en Cuba en muchos sentidos en términos del peligro de una escalada”, dice Hershberg, cuyos libros incluyen “Marigold: The Lost Chance for Peace in Vietnam”.
“Putin está actuando tan irracionalmente que hace que Nikita Kruschev parezca un actor racional”.
El conflicto territorial más grande en Europa desde la Segunda Guerra Mundial ha unido las alianzas occidentales como pocos sucesos antes.
El mismo problema enfrentaron las tropas alemanas cuando invadieron Rusia en 1943.
Al repudiar la invasión, Washington y sus aliados europeos han sancionado fuerte a Moscú mientras al mismo tiempo marcan su límite militar frente a Rusia.
A dos semanas de iniciada la guerra, se ha mencionado a menudo la Guerra Fría. El secretario general de la ONU Antonio Guterres ha dicho que “la amenaza a la seguridad global ahora es más compleja y probablemente mayor” que durante la Guerra Fría, en parte porque no existen los mismos canales de comunicación.
Un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Alexander Darchiyev, sugirió recientemente que “tal vez valdría la pena recordar el principio bien olvidado que funcionó durante la Guerra Fría: la coexistencia pacífica”.
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