Von der Leyen viaja a Kiev para tratar la candidatura de Ucrania a la UE

Von der Leyen viaja a Kiev para tratar la candidatura de Ucrania a la UE

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha amanecido este sábado a bordo de un robusto tren azul de hierro rumbo a Kiev. Se podría decir que se trata del tren de la candidatura de Ucrania a la Unión Europea: un convoy de vagones que avanza lento, pero firme, desde la frontera de Polonia, en territorio comunitario, hacia el campo de batalla, ahí fuera, donde se decide a cañonazos de qué lado cae la moneda. Todo parece indicar que el vehículo trae buenas noticias. La Comisión Europea tiene previsto emitir su opinión sobre la candidatura ucrania esta próxima semana. Pero no hay aún nada decidido y, de vez en cuando, el tren baja el ritmo o se detiene en estaciones de la periferia de Kiev sin explicación alguna. Cuesta llegar hasta la ciudad atravesada por el río Dniéper.

“He vuelto a Kiev para reunirme con el presidente [Volodímir] Zelenski y el primer ministro [Denis] Shmihal. Haremos un balance del trabajo conjunto necesario para la reconstrucción y de los progresos realizados por Ucrania en su camino hacia Europa”, ha expresado Von der Leyen a un pequeño grupo de periodistas internacionales que la acompañan, entre ellos . “Esto servirá de base para nuestra evaluación, que presentaremos en breve”.

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Von der Leyen ha viajado en un compartimento custodiado por militares ucranios, en un vagón de aire barroco, que parecía salido de otra era, y con molduras doradas al estilo del Orient Express originario. En este tren las cortinas han de estar siempre cerradas por motivos de seguridad. Tras 12 horas de viaje, después de dejar atrás una tormenta eléctrica nocturna, el ferrocarril ha llegado finalmente en torno a las 11.00 (hora peninsular española) a la estación central de Kiev.

La presidenta del Ejecutivo comunitario no tiene previsto hacer grandes anuncios en la capital del país. El objetivo es mantener durante la jornada un largo encuentro con los mandatarios ucranios, discutir y revisar cara a cara ―en parte para evitar escuchas e intromisiones ilegítimas― el largo y tortuoso sendero que ha de recorrer este país para su adhesión a la familia de la Unión Europea.

🇺🇦 Good to be back in Kyiv.

With President @ZelenskyyUa I will take stock of the joint work needed for reconstruction and of the progress made by Ukraine on its European path.

Європа з вами! pic.twitter.com/JqtXvgamkV

— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) June 11, 2022

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El Ejecutivo comunitario estima que no existen atajos para convertirse en un Estado miembro, pero también es consciente de que en 20 años, cuando toque echar la vista atrás, se juzgará si los Veintisiete fueron tímidos o estuvieron a la altura de las circunstancias; la guerra ha colocado de este modo a la UE frente al espejo de lo que fue en el pasado, frente a sus orígenes. Las aspiraciones europeas del país vecino forman ya parte del teatro bélico y tienen la capacidad de definir en buena medida la moral de la tropa sobre el terreno: la UE representa una salida, una hoja de ruta hacia un futuro próspero y alejado del invasor ruso.

La antigua república soviética tiene prisa por quemar etapas del proceso de adhesión: solicitó oficialmente la candidatura al poco de que Moscú ordenara a finales de febrero a sus tropas invadir el país; en abril, Von der Leyen viajó a Kiev (su primera visita durante la guerra; esta es la segunda) para entregar en mano a Zelenski un larguísimo cuestionario. El Gobierno ucranio lo devolvió rellenado en apenas 10 días. Desde entonces, han transcurrido casi dos meses. Y el brazo Ejecutivo de la UE tiene previsto reunirse el próximo lunes para tratar el asunto, a lo que le seguirá el viernes una reunión del colegio de comisarios (el consejo de ministros de la UE), tras la cual se espera que emita su opinión.

Después de este posicionamiento, corresponde a los Estados miembro decidir por unanimidad concederle el estatus oficial como país candidato, un asunto espinoso que se encontrarán los líderes de los Veintisiete sobre la mesa durante la cumbre de Bruselas del próximo 23 de junio; el estado de ánimo de las capitales es volátil y queda mucho recorrido para alcanzar esa voz afinada y al unísono, si es que llega.

En parte, el objetivo de Von der Leyen es transmitirle a Zelenski que aún hay un largo trabajo por hacer para convencer a los socios comunitarios; que hay un buen número de Estados miembro escépticos y otro puñado abiertamente en contra; que tampoco hay atajos; y que el hecho de encontrarse inmersos en una guerra no cambia las cosas. La adhesión a la UE exige respetar un procedimiento y cumplir con reglas estrictas sobre cuestiones casi genéticas para la UE, como el Estado de derecho o la lucha contra la corrupción.

El Ejecutivo comunitario considera que ya hay una gran parte del trayecto recorrido, en buena medida gracias a la firma del Acuerdo de Asociación en 2014, y valora una Administración cuyo buen funcionamiento a nivel nacional, regional y local ha podido comprobar en tiempos de crisis extrema. Von der Leyen también llega a la ciudad con el mensaje de que toca comenzar a organizar multimillonarios fondos para la reconstrucción del país. Bruselas quiere jugar un papel clave en este campo, con la vista puesta en el medio y largo plazo, para orientar su desembolso en el mismo sentido por el que circula el tren: con la mirada en los raíles que conducen hacia la Unión.

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