Dos talentos ilusionantes y un futuro muy, muy brillante. Quedó claro anoche en Las Vegas que el Draft de la NBA seguirá proporcionando perlas de calado en 2023, cuando probablemente aterrizará el proyecto más impactante desde LeBron James en 2003. Dos décadas después, las expectativas recaen sobre un Victor Wembanyama que es un auténtico espectáculo para los ojos. Sin jugar, ya impresiona su perfil alargado pero ágil: un chaval atlético de 18 años y 2,23 metros de altura, imposible de pasar desapercibido.
Después del encuentro, la impresión es todavía mayor. Acaba de producir 37 puntos, 7 triples y 5 tapones (11-20 TC; 7-11 3P) en su estreno en Estados Unidos, en Las Vegas contra los G-League Ignite. En toda la historia de la NBA, como referencia, tan solo Danny Green logró en 2014 un partido de 7 triples y 5 tapones. Verle lanzar a canasta es fascinante, y sus gorros tampoco dejan indiferente a nadie. Lo tiene todo: tiros de tres, en suspensión, penetraciones, capacidad de encontrar al hombre liberado, defensa…
“Una cosa es segura, las dos primeras elecciones del próximo Draft están sellada”, tuiteó Nico Batum desde el sofá. Scoot Henderson, previsiblemente el número dos en 2023, también reivindicó su baloncesto con 28 puntos y 9 asistencias (11-21 TC; 2-3 3P) que, además, sirvieron para amarrar el triunfo de los Ignite sobre los Metropolitants 92 de París por 122-115.
“Ha sido una grandísima experiencia. Tengo ganas de repetir. Lo haremos en dos días, y luego durante el resto de mi vida”, se animó Wembanyama, que ya habla con la lengua incisiva de un veterano. Lo tiene todo, vaya. El jueves, ambos equipos repetirán el espectáculo y quizás llenen todavía más un pabellón que contó con 200 ejecutivos y ojeadores de la NBA. No pagaron por la entrada pero, de haberlo hecho, no les hubieran timado ni un céntimo.
El duelo Wembanyama-Henderson promete otra batalla este jueves, pero las que más interesan a la liga son las de un futuro prometedor. Las imágenes habla por sí solas.