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Westbrook iguala a Magic Johnson pero los Lakers son un sinsentido en Philadelphia

Westbrook iguala a Magic Johnson pero los Lakers son un sinsentido en Philadelphia

Los Lakers, pese a recuperar a LeBron y Davis para la ocasión, son un sinsentido. Meten 9 puntos en los últimos 29 segundos para resucitar en Philadelphia y ganarse la vida extra de la prórroga (120-120) pero sólo meten dos en los cinco minutos de más para arruinarlo todo (133-122). Anthony Davis logra burlar la intensa defensa de los Sixers para anotar 21 de sus 31 puntos en el último cuarto pero falla el tiro libre por la victoria que le hubiera encumbrado más aún. Y el gran responsable del desmayo final, Russell Westbrook firma algo jamás visto en la franquicia angelina desde Magic Johnson (1996), un triple-doble desde el banquillo -12 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias-, pero se lo carga todo errando sus cinco tiros de campo en la prórroga.

Todo, en una noche de héroes habituales como Joel Embiid (38 puntos), inesperados como De’Anthony Melton en los Sixers (33) y Austin Reaves en los Lakers (25), y oportunos como James Harden, decisivo en la prórroga con 9 tantos, mientras LeBron James, ni el mejor ni tampoco el peor pese a su 1/8 en triples, se quedó en una zona neutral, con 23 tantos (9/22 en lannzamientos). La pasión de los Lakers, que a falta de calidad tienen, eso sí, mucha voluntad, casi arrastra a los Sixers a un completo desastre.

Los primeros minutos escenificaron cuán de poderosos pueden llegar a ser los Sixers con Joel Embiid, y, al mismo tiempo, cuán de calamitosos pueden convertirse sin él, del 33-20 del primer cuarto al 59-61 del descanso. El camerunés, superado esas molestias de principio de temporada, manda como quiere cuando está bien y en un portentoso primer cuarto (20) se las estampó de todos los colores a los Lakers, por precisión con cualquier rango de tiro, por habilidad y por ‘fuerza bruta’, arremetiendo contra el aro aunque tuviera ante él un muy atenuado Anthony Davis.

Davis, que venía de someter a los Washington Wizards con su ambiciosa voluntad -dice que quiere ganar el anillo-, con 55 puntos, se vio insuficiente al principio para defender a Embiid, quizá debilitado aún por el virus que ha sufrido, y ahogado ante la zona de Philadelphia. La emergencia le abrumó, con tres fulgurantes faltas que obligaron a Darvin Ham a mandarle al banquillo tras 8 minutos de partido. Un Ham al que, sobre todo sin la ‘Ceja’ en la cancha, dejaron del todo en evidencia sus jugadores, como si fuera su primera vez ante una zona, reducido el plan con frecuencia a triples sin ton ni son.

“Hay que ser más agresivos de cara al aro”, les decía el técnico de los Lakers a sus pupilos, tan obedientes como astutos, abierta la veda con Embiid descansando y con Davis otra vez suelto por la pista para arrancar en la anotación y registrar un parcial total de 30-39 en el segundo cuarto. El juego de los Sixers perdió todo el sentido y eso, entre pérdidas y tiros fallados, entregó más puntos en transición a los de púrpura y oro, que dejaron de darse intrascendentes ‘paseos’ por el perímetro para atacar el aro de verdad con varias propuestas con las penetraciones de Westbrook, generando triples tras buen movimiento de balón y hasta burlando a Embiid cuando lograban con los cambios sacar al camerunés a la parta más alta de la zona e involucrarle en la defensa del ‘pick and roll’.

El problema para los Lakers, y el alivio a la vez para los Sixers, fue que nunca supieron cómo interrumpir al camerunés ante su amalgama de recursos, no sólo superior en el cuerpo a cuerpo, clínico también con su lanzamiento de media distancia y listo para hacer desembocar la jugada en el compañero libre con asistencia o pase previo a asistencia dado que, sobre todo cuando recibía en cabecera, siempre tenía un 2×1.

La reacción de los de púrpura y oro había llegado pero el efecto Joel Embiid sobre sus compañeros se había quedado y De’Anthony Melton siguió creciendo en el tercer parcial mientras Harden se dedicaba a servir (acabó con 12 asistencias). La ‘Barba’, aunque luce y fuerte y parece tener el poder de penetrar y disparar en la pintura como en sus mejores tiempos, se ve más eximido de su responsabilidad anotadora con Embiid aumentándola y el crecimiento en esa faceta de Melton y, sobre todo, Tyrese Maxey –aún lesionado-, para dedicarse más a repartir.

Los Sixers, entre penetraciones y triples, recitaban un manual de cómo abordar una zona mientras los Lakers volvían a las andadas desde el perímetro y el intento de LeBron de ‘5’ mientras no estuvo Davis resultó infructuoso. Desgastando a P.J. Tucker con faltas, la ‘Ceja’, a la chita callando, fue anotando y los Lakers se ganaron una vida extra cuando estaban muertos, empatando cuando perdían de 9 a falta de 29 segundos sacando máxima tajada del despropósito del equipo de Doc Rivers.

Y eso, que los de púrpura y oro les perdonaron una vez después de que Austin Raves fallara el último tiro libre tras recibir falta en un triple (120-119 a falta de 9 segundos). Pero Tobias Harris la perdió y Anthony Davis recibió falta pese a que no pudo anotar el segundo lanzamiento que hubiera evitado la prórroga y le hubiera llevado a la cima de la jornada de nuevo. Pero quien lo echó todo a perder fue Russell Westbrook, de un triple-doble para ponerse a la altura de Magic Johnson a fallar sus 5 tiros de campo en un tiempo extra en el que los Lakers, tras remontar 9 puntos en menos de medio minuto, sólo anotaron una canasta para arruinarlo todo al final. Cuando los Lakers no tienen problemas, se los buscan ellos.


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Toni Canyameras




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