“¿Mis dos tapones? Es normal, soy un chico grande, atlético…”, bromeaba, con una sonrisa de oreja a oreja el siempre risueño Willy Hernangómez. Porque, como entre broma y broma la verdad asoma, Willy quiso reivindicarse así, con una descripción amable de sí mismo, tras hacerlo en la pista, 13 puntos (3/6 en tiros de campo con un 7/7 en tiros libres), 7 rebotes y 5 asistencias, además de un robo y los dos referidos ‘gorros’ en sólo 22 minutos, en la plácida victoria de los New Orleans Pelicans contra los San Antonio Spurs, su mayor anotación esta temporada en su partido con más minutos. Dale a Willy la mano, que te cogerá el brazo. Dale minutos al mejor jugador del último Eurobasket y moverá el mundo.
“He jugado un buen partido, sólido. No estaba Zion Williamson (baja al entrar en los protocolos de salud) y no estaba Larry Nance Jr. (lesionado), no juego muchos minutos e intento jugar duro”, añadía el pívot español, quien, pocos días después de subir su tono en una entrevista con EFE, mostrando su decepción por su situación actual, subió el tono en el parqué más que nunca. Hablando más alto que nunca. No le da la gana callarse, vertida toda su rabia en la pista por mucho que esté harto de esperar. Y si habla directamente de sus entrenadores, sólo buenas palabras.
“Un equipo fantástico en el que todo el mundo está listo para jugar y un fantástico plan de partido por parte del cuerpo técnico. Es una temporada larga y vamos mejorando”, destacó el mayor de los Hernangómez. No hizo ninguna referencia directa a él su entrenador, Willie Green, en sala de prensa, quien, pese a que falte quien falte, y juegue los minutos que juegue, ve cómo su ‘tocayo’ Willy siempre le saca las castañas del fuego, siempre presto a ayudar para lo que haga falta e incluso, en una noche tan buena como la de hoy, a mostrar arrepentimiento y propósito de enmienda por su gran pero, las 4 pérdidas.
“No estoy contento con los cuatro balones perdidos, tengo que intentar hacer pases mejores a mis compañeros”, advertía Willy, justificando su MVP en el Eurobasket cada vez que ha jugado con las lecciones de eficiencia impartidas, 5,6 puntos con un 52% en tiros de campo, 3,5 rebotes y 1 asistencia de media en sólo 10 minutos, produciendo desde todas las vertientes, siempre activo para cargar y coger el rebote y obediente y aplicado cuando está al margen de sus jugadas, abriendo espacios a sus compañeros cuando recibe en el poste, con sus diferentes bloqueos y sus varios caminos de llegar a canasta en la continuación del pick and roll. Cada vez que entra en el juego, de manera directa o indirecta, los Pelicans se acercan al aro.
De hecho, con el español en la cancha la ofensiva del conjunto de Louisiana mejora sensiblemente, de 110 puntos cada 100 posesiones cuando está en el banquillo a 115 cuando entra en escena. Willy también tuvo espacio para hablar de él en una comparecencia en la que la gran parte de las pregunta versaron sobre CJ McCollum, 40 tantos con un 14/27 en lanzamientos y un impresionante 7/14 en triples asumiendo la mayor parte de la anotación en ausencia de Williamson con su mejor partido de la temporada.
Le siguió Jonas Valanciunas, titular por delante de Hernangómez con un doble-doble de 16 tantos y 10 rebotes, mientras en los Spurs el máximo anotador fue Jeremy Sochan con 23. Willy, muy querido en un vestuario en el que tiene un peso muy importante, habló maravillas de McCollum, pero, de tan buen humor, el momento más divertido fue cuando se refirió a Jose Alvarado, mal en el tiro esta vez -9 puntos con un 4/11 en TC-, pero notable como siempre como ‘ladrón’ con tres robos.
“¿El nombre de ‘Joselito’? Así lo decimos en España, es divertido”
“’Joselito’ le pone pasión, nos da energía y vuelve loca a la gente. ¿El nombre de ‘Joselito’? Bueno lo usamos en España y le llamamos así porque es divertido”, justificó Willy Hernangómez sobre el apodo del base neoyorquino de ascendencia mexicana y costarricense. Willy podría ser más feliz, ya que, como bien dice Juancho, hay muchos equipos en la NBA que podrían aprovechar mejor su potencial. Pero Willy, paciente, posititivo y siempre competitivo, creyente también del ‘never too high, never too low’ (nunca demasiado alto, nunca demasiado bajo) que acuña Ricky Rubio, nunca pierde la sonrisa.
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