Martin
Zubimendi (Donostia, 1999) sólo se ha perdido dos partidos de 26 en la campaña de su estreno como miembro del primer equipo y fue por lesión. Sólo es una muestra de la confianza inquebrantable que tiene depositada Imanol
Alguacil en este centrocampista total, internacional en todas las categorías inferiores, que ha asomado en la posición más poblada de efectivos de calidad de toda la plantilla, obligando a Zubeldia a retrasar su posición.
¿Cómo se le quedó el cuerpo tras la semifinal de la Supercopa?
Nos quedó la sensación de tristeza de haber perdido, pero sobre todo otra de haber demostrado que somos capaces de ganar a los grandes incluso en esas competiciones.
Vimos a Oyarzabal desconsolado llorando, ¿se le escapó alguna lágrima también?
Casi, pero es verdad que me dolió mucho ver a Mikel así de dolido. Somos como un aficionado más.
¿Qué les dijo Imanol en la piña del final?
Nos dijo que estaba muy orgulloso del partido que habíamos hecho y por lo que habíamos luchado. Y que merecimos más.
Estaba en el campo, ¿tuvo la opción de chutar un penalti?
Cuando yo llegué, casi todos los lanzadores estaban designados. Y había más especialistas que yo. Ya estaba pensando por dónde tirar.
¿Dónde se fue la semifinal?
Ter Stegen es el mejor portero que hay y marcó la diferencia.
¿Cómo ve las otras opciones de alzar un título?
Yo creo que hay opciones, sobre todo este año que tenemos la final de Copa aplazada, la Copa del Rey de nuevo y la Europa League, que es más difícil, pero con la que estamos ilusionados.
¿Cómo se lleva eso de estrenarse con la opción de ‘tocar hierro’?
Me siento muy contento de que me haya tocado todo esto. Es mi primer año y hay muchas competiciones, muchos partidos, algo casi impensable otros años, y la opción de ganar títulos, como la final aplazada.
¿Tiene presente esa final?
Sí, claro, pero ese pensamiento será más intenso cuando se acerque la fecha. Ahora están llegando otras competiciones, partidos muy importantes y no te da tiempo a pensar en esa final.
¿Se debería haber jugado ya sin público?
No. Yo estoy de acuerdo con el pacto que hicieron Real y Athletic de que se jugara con público. Yo apenas he jugado con público, más que el debut. Debe ser la hostia y mucho más en una final contra el Athletic.
¿Cómo afrontan este inicio de la Copa de este curso?
Con la misma ilusión que el año pasado. Es una competición muy bonita. En este formato puede pasar cualquier cosa y para mí es muy emocionante.
¿Cómo lo vivió el año pasado, sin poder jugarla?
La mayoría de los partidos los vi en casa, pero fui convocado para el partido contra el Mirandés en casa y estuve en el autobús con toda la gente echada a la calle y animándonos. Estaba flipando ese día. Luego me desconvocó en el campo.
La Real ha experimentado un bajón, ¿qué perspectivas tiene esta temporada?
Es verdad que ha llegado un bajón, no sé si es por el cansancio o por la acumulación de partidos. Pero tenemos una plantilla amplia, joven y con ganas y no nos tenemos que poner límites. Vamos a por todo.
¿Es posible quedar entre los cuatro primeros?
El objetivo es grande, pero ahí está y estamos cerca. Hemos demostrado que somos capaces.
¿Habría preferido un rival más accesible que el United en la Europa League?
No. A la mayoría nos gustó. Es un equipo grande y yo lo prefiero. Contra los equipos grandes solemos dar la cara y no son menores las opciones para nosotros.
¿Cómo ha llevado la acumulación de partidos?
En mi caso, muy bien porque estamos alternando bien con Guevara. No he notado tanto ese cansancio. Sí es verdad que las veces que me ha tocado jugar dos partidos por semana lo he notado. Al día siguiente del segundo, estoy cansado.
Estando en la sala de máquinas, ¿está disfrutando con el juego del equipo desde dentro?
Sí, sí, totalmente. Yo además soy joven, donostiarra, de la casa y hay momentos que se me pone la piel de gallina. Sí que lo siento.
¿Cómo es el momento de ponerse la txuri urdin cada partido?
No me detengo en ese momento. Estoy tomando como normal cosas que antes me parecían impensables.
Da la sensación que naturalizó el salto al primer equipo desde el principio, ¿cómo se siente?
Mucha gente me lo ha dicho. Lo que más temía en los primeros partidos era ponerme nervioso y que eso me pasase factura. Y todo lo contrario. Me encontré tranquilo y natural y pude demostrar cómo era yo desde el principio.
¿Va a poder cambiar el ‘36’ por un número del ‘1’ al ‘25’ en enero?
Me dejaron claro que este año iba a haber una plantilla amplia, que no iba a haber números para todos y que los del Sanse íbamos a mantener ese dorsal del ‘25’ para arriba. Yo lo único que pedí fue quedarme con el ‘36’ y que no me bajaran al ‘28’ o cualquier otro.
¿Qué aporta Zubimendi que no lo hagan los Silva, Merino, Guevara, ahora Illarra…?
Todos ellos son muy buenos y dominan muchas facetas. Yo aporto fluidez. Juego a uno o dos toques normalmente. Y demás aporto equilibrio, vigilancias y concentración para abortar las contras.
¿Qué le pide con más insistencia Imanol?
Las vigilancias y me insiste mucho en la salida de balón, sea de tres desde atrás o más arriba.
Axel Torres dijo: “Estoy enamorado de Zubimendi. Creo que va a ser el mejor centrocampista de la Liga y de Europa”. ¿Lo leyó? ¿Qué pensó?
Me lo dijeron mis amigos, que suelen estar más atentos que yo a estas cosas. Nos reímos y nos descojonamos un rato. ¿Cómo me lo tomo? Cabreado no me quedo, la verdad.
Vamos uno a uno, ¿qué supone jugar con Silva?
Mucho respeto. Desde el primer día que llegó, ya vi que era diferente en el campo y en el vestuario. Cuando estamos jugando, siempre estoy atento a lo que me dice porque de fútbol creo que sabe algo.
¿Y de Merino qué me dice?
Merino es un todoterreno. Atacando domina muchas facetas, defendiendo también destaca, va increíble de cabeza. Ahora ha cogido más peso y es capaz de mandar y organizar. Está en un momento muy bueno.
Aún no ha jugado ni amistosos con Illarra, ¿cree que su vuelta le puede perjudicar?
Perjudicar, para nada. Soy consciente de dónde estoy, de la gente que hay. Siempre va a haber competencia, pero es sana. Trataré de aprender de él y de ganarme el puesto.
Guevara ha sido su rival para el puesto, pero es su amigo…
Sí, así es. Guevara está evolucionando mucho este año. Nos estamos compaginando bien. Siempre nos animamos y hablamos después de los partidos.
Sólo falta Guridi.
A Guridi le conocía desde el Sanse. Solía venir a entrenar después de la lesión que tuvo. Sabía que iba a demostrar su nivel. Es muy dinámico, tiene mucha tralla y con balón también juega muy bien. Es muy válido para el equipo.
Ha jugado 24 de los 26 partidos oficiales en su primera temporada, ¿qué valoración hace?
Estoy muy contento. Si no soy titular, salgo desde el banquillo. Está claro que Imanol no tiene en cuenta el DNI. La reconversión de Zubeldia a central me ha ayudado a tener más minutos.
El verano pasado se interesaron muchos equipos por usted, ¿tenía claro que no se iba a mover?
Yo hablé con la Real sólo de la opción de seguir aquí. Y la cogí con mucho gusto.
¿Qué le dijo Olabe?
Que les había gustado el final de la temporada que había hecho, que había opciones de salir cedido a algún equipo de Segunda, pero que pensaban que era válido para Primera. Que me tocaba pelear por un puesto y que diera caña.
Firmó hasta 2025, ¿qué supuso?
Tenía contrato hasta 2022 y tampoco era una necesidad la renovación, pero se hizo y demuestra la confianza que tienen en mí.
¿Cuáles han sido sus referentes?
Desde pequeñito, Xabi Alonso siempre fue mi referente y luego tuve la suerte de tenerle como entrenador en el Sanse. Y luego, Busquets y Thomas Party. También me fijaba en los pivotes de la casa como Markel o Illarra.
¿Cómo es trabajar con Imanol?
Le conozco bastante y me gusta cómo lleva el vestuario. Con el grupo es muy duro, pero sabe diferenciar los momentos y cuando te coge a solas en el vestuario es muy cercano. Te dice las cosas a la cara.
¿Ha desayunado o cenado alguna bronca de las suyas?
Muchas veces. Cuando subí al Sanse y me tragaba alguna, le daba más importancia. Ahora sé cómo hacerlas más llevaderas
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