Xabi Auzmendi es otro de los futbolistas guipuzcoanos que, como Mikel Gurrutxaga hace una semana en Estonia, ya sabe lo que es disputar un partido bajo los condicionantes establecidos por la pandemia del coronavirus. El lazkaotarra volvió el pasado sábado a la competición en la liga armenia con el Lori FC para disputar el último encuentro de la fase regular y, tras lograr meterse en la lucha por el título, comenzará este sábado una fase final en la que aspiran a conquistar el título de Liga. “Después de casi dos meses se agradece volver a competir”, afirma el jugador guipuzcoano poco antes de dirigirse a la ciudad deportiva para entrenar. “Nos queda un mes de competición y 10 partidos, así que jugaremos una vez cada tres días”, confirma.
La evolución de la pandemia en Armenia, un país donde se han registrado poco más de 7.000 casos confirmados y 87 fallecimientos, está siendo un tanto singular. “Aquí, cuando empezó todo lo del coronavirus y había unos pocos casos, la gente se mentalizó, apenas salía de casa, no veías a casi nadie en la calle, pero pasado mes y medio, algunos por necesidad y otros porque se han confiado demasiado, han comenzado a salir y los contagios han empezado a subir. Es todo un poco contradictorio. Nosotros intentamos salir lo menos posible, intentamos tomar precauciones, pero en Armenia va un poco al revés”, detalla.
Auzmendi y su equipo, que han tenido que pasar dos test y que diariamente pasan un control de temperatura, realizaron una pretemporada de tres semanas: “La primera estuvimos divididos en dos grupos, pero luego las dos últimas semanas hemos entrenado normal porque aquí, como te he dicho, se tomaron medidas al principio pero luego el Gobierno ha dado por normalizada la situación”.
Tenemos un compañero que lleva un tiempo enfermo pero no sabemos ni qué tiene porque tampoco se nos comunica
No obstante, la suya ha sido una fase de preparación extraña: “Nosotros tenemos un problema y es que el primer entrenador y el preparador físico se fueron a España y aún no han podido volver. Estamos con otros dos entrenadores que tenemos y hemos entrenado bien, aunque lógicamente les hemos echado de menos”, comenta Auzmendi, que reconoce que “nos hubiese gustado llegar mejor”, si bien “una vez que hemos empezado la Liga, y por lo que he podido ver, creo que estamos mejor que otros equipos”.
En ese regreso a la normalidad que el Gobierno armenio pretende impulsar, las obligaciones de los futbolistas durante un partido de Liga no son excesivas, más bien todo lo contrario: “Los jugadores en el banquillo guardan cierta distancia, parecido a lo que se está viendo en la Bundesliga. Se nos dijo también que quizás los goles no podríamos celebrarlos en grupo, pero el sábado marcamos dos y los celebramos normal. Lo demás se puede decir que funciona con total normalidad”, relata.
Por lo menos en el caso del centrocampista guipuzcoano, durante el partido el temor al virus queda relegado al banquillo: “Te olvidas totalmente. No estás pensando en eso. Las sensaciones son normales, al menos esa es mi experiencia personal”.
Misterio en el vestuario
No obstante, en el equipo andan con la mosca detrás de la oreja porque “tenemos un compañero que lleva un tiempo enfermo pero sinceramente no sabemos ni qué tiene porque tampoco se nos comunica. La primera vez que dio fiebre le mandaron a casa y desde hace dos semanas no sabemos prácticamente nada de él. Hemos preguntado algún día pero nos han dicho que no era coronavirus”
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